“Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras el género humano no la escucha” Víctor Hugo.

Por: Nelsfomo

Nuestras vivencias sean buenas, malas o regulares, hablan de nuestro mundo como lo hemos vivido y concebido. Si existe un culpable de sus dichas o desdichas es solo usted y nadie más. Dios es simplemente un escape al que le dejamos las preguntas y todo aquello que no logramos comprender. Desde niños siempre nos han hablado de un Dios una figura omnipotente que nos juzga por nuestros actos y que es el único al que le debemos dar cuenta de todo lo que hacemos, y es el único que nos puede recompensar después de pasar un determinado tiempo en la tierra, y nos da como premio la vida eterna, ósea vida después de la muerte.

Según como hayamos vivido nos recompensará con dos lugares, el infierno o el paraíso. Quizás sea este último el lugar más deseado y soñado y hasta el que determina nuestra manera de actuar. Pero, ¿será que en realidad esos dos lugares si existen? ¿O es simplemente un invento de la iglesia para podernos dominar impartiendo temor y de paso hacer de esto un negocio? El paraíso se convirtió en muchos casos la fuerza evangelizadora, así que cada quien tiene sus creencias, pero en cierta medida estas son influenciadas por generaciones y generaciones donde siempre somos amenazados por miedos y castigos infundados por una iglesia que dice ser la representación de Dios en la tierra.

Pero lo cierto, es que Dios no necesita representantes porque si somos sus hijos, entonces dentro nuestro tenemos un pedacito de Dios, y como él es tan bondadoso y maravilloso nos dio plena libertad de hacer lo que queramos, es por eso que somos los únicos responsables de lo que nos pase. Pero es mejor culpar a los demás y no hacernos responsables de nuestros actos, es más fácil señalar y criticar que mirar hacia dentro, hacia nuestro corazón, hacia nuestra forma de actuar. Pero como hacerlo si nadie nos enseñó, si nadie nos dijo que somos los creadores de nuestra vida. Como dice el libro más leído en el mundo, la Biblia. Lucas 6:41 ¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?

Es por eso que también es más fácil de culpar a Eva por la expulsión del Jardín del Edén, aquel lugar donde el dolor, el miedo, el hambre y las enfermedades no existían. Ese lugar donde lo teníamos todo, donde el hombre, animales y naturaleza vivían en perfecta armonía. Pero como toda fiesta, siempre debe haber algo o alguien que destruya la felicidad y por supuesto no fuimos nosotros, fueron ellos, el empezó, yo estaba tranquila, él se lo busco, eso le pasa por curioso, siempre encontramos un escape en esas palabras y hacemos responsables a los demás, es por eso que culpamos a Eva de nuestras desgracias, “si no la hubiera embarrado” aun estaríamos allá disfrutando, sin trabajar, sin enfermedades. ¡Pero, claro! Tenía que ser mujer para tirarse todo, y de paso se arrastró consigo al pobre Adán y mira donde estamos. En un planeta que agoniza, animales extintos y otros a punto de desaparecer, y hoy en día los humanos encerrados en sus casas o en las calles tapando sus expresiones con un tapabocas porque un virus amenaza con invadir nuestros pulmones y cortarnos la última bocanada de oxígeno.

Cada quien vive su propio paraíso o infierno y ahí Dios no tiene nada que ver, porque recuerde que somos responsables de nuestra creación y de convertir ese edén en una pocilga, Dios ni nadie nos expulsó, nosotros mismos dañamos esa gloria, es por eso que muchos se aferran y siguen pensando que ese lugar nos está esperando, cuando está aquí mismo; pero como aceptarlo cuando lo vemos totalmente transformado, algunos animales los domamos, otros los convertimos en fuente de alimento o en nuestros enemigos, los bosques que nos dan oxigeno los convertimos en selvas de cemento, los ríos en botaderos de basura y hasta cómplices de muchos crímenes.

Por la ambición al dinero hicimos de este paraíso una oportunidad para hacer negocios y dominar a los demás a través de un papel al que nosotros mismos le dimos un valor. Vivimos amargados, aburridos, deprimidos, arruinados, sin ganas de vivir porque fuimos nosotros quienes convertimos nuestras vidas en un sufrimiento y por eso nos urge encontrar otro planeta en el cual podamos vivir. Pero no es necesario cambiar de casa cuando nuestro comportamiento sigue igual. O quizás todo lo que vemos y vivimos no sea real sino solo producto de nuestra imaginación. pero ¿Cómo saber si estamos vivos o muertos? O si ¿vivimos en la realidad o todo es una ilusión?

Todo en la vida está lleno de simbolismos y cada quien los interpreta debido a su entendimiento, cultura y educación. Y si de simbología se trata no hay nada mejor que la película, ¡MADRE! (Mother!) que está llena de simbolismos, muchos de difícil interpretación e incluso pueden llegar hacer confusos. Esta película es escrita y dirigida por Darren Aronofsky, director y guionista estadounidense conocido mundialmente por sus películas surrealistas, melodramáticas y hasta perturbadoras. La cinta está protagonizada por los ganadores del Oscar Jennifer Lawrence y Javier Barden, junto a Michelle Pfeiffer y Ed Harris.

Quizás ninguna sinopsis pueda ajustarse o resumir lo que verdaderamente transcurre durante el film ya que tiene muchas metáforas y no está contada en tiempo lineal. La primera vez que vi ¡Madre! Quede algo furiosa y hasta confundida, cuando empezaron a salir los créditos sentía que la cabeza me “explotaba” de ansias por querer entenderla y hasta me pregunte ¿Qué fue eso que acabo de ver? Y incluso decepcionada logre expresar “que película tan mala” porque la verdad no logre entenderla en su totalidad. Pero por tratarse de una cinta de Aronofsky le di una segunda oportunidad y empecé averiguar realmente de que se trataba y cuando logre entenderla y hacer clic con lo que el director quería decir me enamore del film, me pareció grandiosa y realmente una obra maestra que va muy acorde con los tiempos que estamos viviendo. Les tengo unos tips para que entiendan lo que realmente significa y la puedan apreciar desde la concepción del director y así logren descubrir la obra de arte que se esconde detrás de la semiología.

MADRE! puede prestarse para muchas lecturas, pero lo realmente importante es descubrir que nos quería decir el director, así que estos son los verdaderos mensajes que oculta la película y la clave de su interpretación. Todos los personajes tienen claras representaciones bíblicas ya que la principal lectura que se debe hacer es a través de la Biblia, desde el Génesis, donde todo comenzó y así nos vamos adentrando a los inicios de la humanidad y como poco a poco que es lo que han conseguido con su irresponsabilidad. Javier Barden Él (es Dios) representa al creador ególatra, un poeta que quiere ser escuchado, seguido y admirado, el amor que le profesan nunca es suficiente, lo especial para Él no es la Madre Tierra porque la ignora y menosprecia, lo que le importa es las personas que ha puesto en ella, ya que el creo la tierra para que los humanos la habitaran.

Jennifer Lawrence – Madre (el planeta tierra) por eso ella escucha su corazón cuando pone la oreja en la pared, siempre permanece descalza y nunca sale de su casa (la tierra) el rastro de sangre es ella misma sangrando, quiere estar sola y tranquila en su inmensidad arropada por el amor de su creador Él y por eso no necesita a la humanidad ya que no la respeta para nada. El paraíso es el estudio de Él donde guarda su diamante. El infierno está representado en el sótano de la casa.

Ed Harris (Adán) quien aparece en la casa sin decir su nombre y con una herida en el costado, y tras él aparece Michelle Pfeiffer que representa (Eva) y la fruta prohibida no es una manzana sino un diamante y (Eva) se obsesiona completamente por este hasta que  finalmente cae en sus manos y se vuelve añicos y con ello terminara para siempre el idilio del hogar (el Jardín del Edén), es así como después de esto llegan (Caín y Abel) lo cual conduce a la tragedia cuando uno de los hermanos asesina al otro con un golpe en la cabeza fruto de la envidia, pero a pesar de eso Él los sigue perdonando por lo que continúan en la casa. Todo este caos desata en Él, su desbloqueo como escritor y termina creando su obra más vendida de todos los tiempos (los 10 mandamientos) a la casa llegaron los fieles, personas de todas partes del mundo que adoran al poeta (Dios)

Mientras tanto Ella, la madre está embarazada y herida debido al descuido de los invasores que con cada paso destruyen más su casa, dio a luz en medio del caos a un bebé (el hijo de Dios – Jesús) que posteriormente le arrebato Él (Dios) para mostrárselo a sus seguidores quienes piden ver el niño y es ahí cuando llega una de las escenas más pavorosas de la película, cuando sus seguidores terminan matando y comiéndose al niño (el cuerpo y la sangre de Jesucristo en la eucaristía). Es difícil ver y comprender cómo Él (dios) se hace el de la vista gorda cuando destrozan la madre tierra. Pero, en realidad que temor puede sentir cuando la puede volver a construir una y otra vez.

El mensaje contundente es para la humanidad y un grito de lamento de la Madre Naturaleza de como sistemáticamente es destruida por los humanos, que se superpueblan y la usamos como zona de guerra. Aquí es donde todos los ambientalistas se unen a este mensaje. ¡Protejámosla que es la casa de todos! Así como; ¡Madre! Le pide estar atento al 110% y ha recibido aplausos, aclamaciones y comentarios positivos de la prensa especializada, también tiene sus detractores y comentarios polémicos ya que el público está dividido, tanto así que en el Festival de Venecia la cinta fue abucheada.

Así que no deje de ver en la plataforma de Netflix esta película y saque sus propias conclusiones. Y descubra por su propia interpretación si estos personajes son representaciones bíblicas o simplemente un poeta, un actor, un político o cualquier otra persona que se cree con ínfulas de deidad, para quien su trabajo, su dinero y el reconocimiento lo es todo. Lo mágico de este film es que puede tener mil lecturas. Cada cabeza es un mundo.  Y recuerde, Comparta cultura; comparta una película.