¡LA HABILIDAD DE DESTRUIR LA HUMANIDAD!

¡LA HABILIDAD DE DESTRUIR LA HUMANIDAD!

Cuando los ricos se hacen la guerra, son los pobres los que mueren. Jean Paul Sartre, Filósofo y escritor francés. Por: Nelsfomo Hay algo que está metido en nuestras vidas desde siempre y pareciera que nunca nos fuera abandonar, la raíz de todo está en las ansias de poder, de gobernar a los demás, todos

Cuando los ricos se hacen la guerra, son los pobres los que mueren. Jean Paul Sartre, Filósofo y escritor francés.

Por: Nelsfomo

Hay algo que está metido en nuestras vidas desde siempre y pareciera que nunca nos fuera abandonar, la raíz de todo está en las ansias de poder, de gobernar a los demás, todos esos comportamientos están presentes desde Caín y Abel, según la biblia ellos concibieron la violencia en la tierra y desde entonces ha estado presente y su erradicación parece imposible. Es algo que nos ha generado demasiada destrucción y dolor, pero parece que nos acostumbramos a vivir con ella, de hecho, es parte ya de nuestras vidas, con tal de imponer nuestra voluntad violentamos a todo aquel que no esté de acuerdo con nuestra forma de actuar.

Es así como la violencia se convirtió en un virus que invadió al mundo, así como lo está haciendo hoy en día el coronavirus en épocas de pandemia, que entró a nuestras vidas casi sin darnos cuenta. Pero para la violencia no existe una vacuna en proceso, es más, no hay indicios de que vaya a terminar. Es por eso que la sociedad está invadida de odio y ansias de sangre, es tanto así que nos atrevimos a poner a Dios como excusa de los más grandes actos de destrucción y hasta nos atrevimos a llamar la guerra Santa, cuando Dios sólo se puede traducir en amor, pero pareciera que en su nombre lo único que nosotros profesamos es odio. Cada pueblo tiene su propia historia de cómo, cuándo y porque la guerra los afectó, no hay un solo humano en el planeta que no haya sido tocado de una u otra manera por esta mano destructora.

La religión o el amor que decimos profesar hacia Dios nos ha separado en vez de unirnos, convirtiéndose este tema en uno de los más frágiles para iniciar una confrontación bélica. Por la injusticia y el abuso de poder surgió la Batalla de Alepo entre 2012 y 2016 en Siria. Alepo era la ciudad más poblada de Siria y considerada la capital económica del país, conocida por su tradición artesanal y comercial. La población estaba dividida entre árabes, kurdos, cristianos, y alauíes. La magnitud de la batalla en el conflicto sirio llevó a los combatientes y medios de comunicación a denominarla como “madre de todas las batallas” o el “Stalingrado sirio”, (La batalla de Stalingrado, se desarrolló en el marco de la Segunda Guerra Mundial y es considerada la más sangrienta de la historia de la humanidad). En dicha ciudad se enfrentaron las Fuerzas Armadas de Siria (SAA), apoyadas por Hezbolá (Partido de Allah, Dios), militantes chiíes y Rusia, contra distintos grupos rebeldes e islamistas (Ejército Libre de Siria, al Frente Islámico).

Lo que comenzó el 15 de marzo del 2011, como un levantamiento pacífico donde muchos sirios se quejaban de un alto desempleo, extensa corrupción, falta de libertad política y la represión del gobierno del presidente Bashar al Asad  (actual presidente de la República Árabe Siria, gobernando desde el año 2000 tras suceder a su padre, Háfez al-Ásad, quien gobernó el país durante 29 años hasta su muerte). El 10 de Febrero de 2012 se convirtió en una brutal y sangrienta guerra civil que ha arrastrado a potencias regionales e internacionales. Las fuerzas de seguridad, abrieron fuego contra los manifestantes, matando a varios, lo que provocó que muchas más personas salieran a las calles, el levantamiento se extendió por todo el país, exigiendo la renuncia del presidente y la respuesta de fuerza del gobierno sólo reforzó la determinación de los manifestantes.

Pronto, cientos de miles estaban protestando en todo el país exigiendo la salida de Al Asad, y para julio muchos habían decidido empuñar las armas, las dos ciudades más grandes del país, Damasco y Alepo, se mantuvieron al margen de la revuelta popular. En contraste, en ambas ciudades celebraron manifestaciones con decenas de miles de personas a favor del gobierno de Asad. A medida que el ejército asediaba pueblos y ciudades insurgentes, la protesta evolucionó en una rebelión armada, las fuerzas de la oposición, compuestas en un principio por militares desertores y voluntarios civiles, se enfrentaron con las fuerzas de seguridad a lo largo del país. La ciudad empezó a movilizarse, sobre todo su Universidad.

El conflicto ya se había convertido en más que una batalla entre aquéllos que apoyaban al presidente y los que se oponían, pronto adquirió características sectarias enfrentando a la mayoría sunita del país, contra los chiitas alauitas, la rama musulmana a la que pertenece el presidente. Esto arrastró a las potencias regionales e internacionales, lo cual añadió otra dimensión al conflicto.  Tras el atentado suicida que mató a varias personas cercanas a Asad (el ministro de Defensa sirio y el viceministro de Defensa), las fuerzas gubernamentales y de oposición aumentaron sus operaciones por el control de ambas ciudades. Finalmente, el 19 de julio, las fuerzas rebeldes atacaron la ciudad y la batalla empezó.

La batalla comenzó a encrudecerse cuando varios barrios opositores fueron ametrallados por helicópteros, entre mil 500 y 2 mil rebeldes llegaron a la ciudad para apoyar la resistencia, mientras tanto las familias de las áreas rebeldes se desplazaron a las escuelas y la Universidad de la ciudad para refugiarse de la inminente ofensiva del Ejército sirio apoyados por tanques, aviones y helicópteros, pero encontraron gran resistencia rebelde así que la guerra entró en una lucha brutal de derramamiento de sangre.  Los medios de comunicación empezaron a informar sobre masivas huidas de personas que evitaban el conflicto, además de un sinnúmero de gente que se quedaba atrapada por los combates. Mientras en el campo de batalla los insurgentes empezaron a utilizar artefactos explosivos improvisados para defenderse de los tanques, los niveles de victoria se contaban por barrios perdidos o recuperados.

Cada vez que controlaba un barrio, el ejército replica con bombardeos, era así como cada barrio parecía un “pueblo fantasma” producto de las bombas que caían, rebeldes disparaban ametralladoras y fusiles de asalto en las esquinas contra enemigos invisibles, civiles y combatientes heridos eran trasladados a lugares improvisados para su atención, el panorama era desolador. El segundo al mando del ELS, Malek Kurdi, explicó a la agencia EFE que las fuerzas leales bombardean “de forma indiscriminada”, “Las tropas del Ejército ya no se enfrentan directamente al ELS, sino que bombardean la ciudad con helicópteros, tanques y artillería pesada”. La población civil no importa, si en ese barrio hay rebeldes, se bombardea y ataca por todos los medios sin importar quien caiga, lo que importa es derrotar al enemigo a costa de lo que sea.

El ejército sirio bombardeó al menos 10 panaderías, asesinando a cientos de civiles y cometiendo así un crimen de guerra, según denunció Human Right Watch (Observatorio de Derechos Humanos). En medio de la violencia también se registraron graves hechos como una periodista japonesa de la agencia “Japan Press” murió tras ser alcanzada por disparos del ejército regular, de igual forma otros tres reporteros, dos árabes, un turco y dos obispos cristianos fueron secuestrados, siendo su paradero desconocido.

Las tropas leales bombardearon la ciudad rebelde de Al Bab, en las proximidades de Alepo, causando una veintena de muertos, entre los que se encontraban mujeres y niños. Ante la grave crisis humanitaria el Programa Mundial de Alimentos hizo llegar raciones de comida para 40 mil personas (Algunos habitantes explican que los miembros de la milicia se quedaban con la mayor parte de la ayuda alimentaria destinada a los civiles). Como consecuencia de los combates se generaron cortes de energía y también se destruyó un importante suministro de agua, dejando sin el preciado líquido a cientos de miles de personas, los rebeldes y el gobierno se acusan mutuamente. Los rebeldes publican además videos donde decapitan a varios niños menores de 13 años declarándolos aliados de sus enemigos, lanzan ataques suicidas con carros bombas, y los bombardeos se intensifican llegando a ser hasta 60 por hora.

Como resultado de los enfrentamientos, un incendio se extendió por la ciudad, y el zoco medieval de la ciudad fue envuelto por las llamas, el comandante de la Brigada Tahweed dijo; “Las llamas estallaron por tiros disparados por francotiradores del ejército contra las tiendas del mercado, ya que es una construcción antigua con puertas de madera, y eso facilitó la expansión del fuego a todo el lugar. Intentamos sofocar las llamas pero fuimos atacados con nutridas ráfagas de disparos, por lo que no hemos podido hacer nada. Ese mercado, además colinda con la Ciudadela y con las puertas de Bab al Nasr y Bab Antakia, que son importantes lugares arqueológicos de Alepo”. Al ser preguntado sobre por qué las fuerzas gubernamentales habían atacado un lugar histórico, respondió que el gobierno “ha perdido el equilibrio en su lucha en Alepo, por ello disparan indiscriminadamente contra todo lo que consideran enemigo, y así han asesinado a civiles y destruyen edificios históricos”.

Tanto el bando rebelde como el gubernamental fueron acusados de ataques mortales contra los civiles, infraestructura civil, hospitales, escuelas o equipos de rescate. A finales de septiembre de 2016, Rusia y Siria lanzaron un gran bombardeo sobre la ciudad “que no tenía precedentes en los cinco años anteriores de guerra”, durante el cual cerca de 700 personas perdieron la vida y otras 50.000 huyeron. Rusia y Siria abrieron 8 corredores humanitarios para permitir escapar a la población civil residente de los barrios en conflicto y como respuesta las fuerzas rebeldes lanzan un ataque a un convoy de refugiados, matando a alrededor de 50 civiles.

El 20 de diciembre la evacuación se reanuda, el Comité Internacional de la Cruz Roja anuncia que todos los enfermos y heridos del último centro sanitario que permanecía operativo en Alepo han abandonado la ciudad. El 21 de diciembre la SAA anuncia el control total de Alepo tras cuatro años de lucha, la batalla también ha causado una catástrofe cultural, ya que una parte importante de la ciudad vieja de Alepo, patrimonio de la humanidad de la UNESCO, ha sido destruida. Se estima que alrededor de 60 soldados murieron en los días posteriores al fin de la batalla por minas y trampas explosivas dejadas por los rebeldes al retirarse.

Si hasta el momento esto le ha parecido aterrador, ahora imagínese el infierno que vivieron las personas que convivieron con el frio de la muerte, misiles cayendo en sus casas, carros tanques explotando, vecinos y seres queridos muriendo a su lado. Es así como la periodista, cineasta y activista Siria, Waad Al-Kateab (seudónimo, para proteger a su familia), nos relata de primera mano, como es que se vive una guerra desde la posición de los inocentes, las víctimas. La historia de Waad comienza en 2012 cuando era una estudiante de marketing en la Universidad de Alepo. Las protestas contra la brutal dictadura de Bashar al-Assad llegan a la universidad y Waad es una de las primeras en unirse, su cámara captura la alegría y el optimismo de esos primeros días, conoce a un joven médico en las protestas llamado Hamza y con un grupo de amigos continúan exigiendo libertad, incluso cuando el régimen recurre a una violencia cada vez mayor para aplastarlos, y finalmente envuelve a la ciudad en una guerra, pierden amigos y escapan por poco de la muerte a manos de francotiradores, ataques aéreos y bombas, escenas que pudieron ser capturadas en cámara.

Comenzó a informar sobre la guerra para  Channel 4 News en el Reino Unido. Ella eligió quedarse y documentar su vida durante cinco años en Alepo, en esta película la acompañamos en su viaje personal, la vemos casarse con Hamza, un doctor quien es su mejor amigo, y tener una hija. En 2015 da a luz a su primera hija, Sama (Sky, cielo) y fue ella quien se convirtió en la base para darle vida a un documental sobre la guerra al que llamo; FOR SAMA (Para Sama). Filmó su vida cotidiana en el último hospital que medio funcionaba en Alepo, controlado por los rebeldes, rodeado por todos lados y bombardeado diariamente por el régimen sirio y la fuerza aérea rusa, son asediados y presencia ataques de gas de cloro, bombas de racimo y barril, masacres de mujeres y niños, allí trabajaba su esposo. En medio de todo, Waad y Hamza tienen la alegría de ser padres, presenciando las primeras semanas de vida de su pequeña hija, llena de diversión y de risas.

El documental nos mueve todas las fibras cuando al-Kateab le dice a su hija recién nacida “En qué vida te he traído. ¿Me perdonarás alguna vez?”. Con los mínimos recursos atendían todas las vidas destruidas, las heridas, y las personas que pudieron salvar después de cada bombardeo. Es una historia de humanidad más allá de la guerra, que dedicó a su hija, para que un día, Sama pueda entender por qué su madre se quedó. Waad teme que puedan ser asesinados en cualquier momento, entonces le envió un mensaje filmado a su hija de un año para explicar quiénes eran sus padres, por qué luchaban y por qué Sama vino a este mundo, un recuerdo para la niña en caso de que no sobrevivan.

Grabó durante 5 años su vida en el asedio de Alepo, tomó la decisión de quedarse allí con su bebé mientras las bombas caían a su alrededor. Esta es una historia poderosa y profundamente humana donde nos relata la experiencia femenina en la guerra. La joven se volvió periodista y cineasta por fuerza de las circunstancias, grabo unas 500 horas de imágenes, documentando el ataque violento y mortal a manos del régimen sirio y de las fuerzas rusas. Lo más importante de este documental es que logró humanizar el conflicto, dio una voz a los niños, que rara vez se escuchan. En una entrevista para un canal francés, Waad dice; “Esos niños, esas mujeres, son los que no suelen mirar cuando hablan de Siria en las noticias.

Yo vivía allí como mujer y como madre, y sentí que nuestras voces necesitaban ser escuchadas”, muchas veces se vio entre la vida y la muerte, esto la motivaba a esforzarse más para poder reflejar la verdadera experiencia del ser humano. Algunos momentos pueden ser tan fuertes y otros tan débiles, todo se complica entre la esperanza y la desesperación, siempre entre la vida y la muerte. “Todas estas cosas se mezclan en nuestras mentes y nuestros corazones”. Todo pasa tan rápido que no hay tiempo para realmente dar cuenta del riesgo, “Porque perdimos a muchas personas, muchos murieron, mientras luchaban por un país mejor para todos nosotros. No podemos simplemente decir que queremos quedarnos afuera. Somos parte de esa comunidad, debemos hacer lo mejor para todos”. “Muchas personas solo intentaban tener una vida mejor y no sobrevivieron. Así que somos las personas más afortunadas, realmente no podemos quejarnos”, relata Waad en una conmovedora entrevista.

Hay momentos en la película donde personas mueren, familias quebradas, todos estos accesos los logro por ser parte de esa comunidad, porque además era una esposa, una hija y una madre que vivía con ellos todo el tiempo, iba a las tiendas con esas personas, a la escuela, vivía en el hospital donde su esposo atendía a los heridos, convivir con ellos le dio el acceso principal a la vida de esas personas y fue así como convirtió esa cámara en una ventana por la que el mundo podía mirar lo que pasaba, logrando así ese acceso exclusivo para nosotros. Waad y Hamza,  se sienten abrumados y forzados al exilio, abandonaron Alepo a finales del 2016 y dejaron un grafiti sobre ruinas que dice: “No queremos irnos, fuimos obligados hacerlo”. En el éxodo, la familia empacó sus cosas y con lágrimas en los ojos, se despidió de la ciudad destrozada, el lugar donde nació su sueño de libertad y donde murió. Sin embargo, llevan a su hija con ellos, un símbolo eterno del amor y la esperanza que la violencia de los tiranos no puede destruir.

“No creo que ningún refugiado en el mundo pueda pasar página y olvidarse de lo que quería. Esta experiencia que tuvimos, nada lo curará, aparte de la justicia”. El 7 de febrero del 2020, al-Kateab publicó una columna de opinión en el diario estadounidense The New York Times titulada “We Are Left to Face Death Alone” (“Nos dejan enfrentar la muerte solos”), en apoyo a los sirios desplazados, escribió: “La semana pasada me reuní con funcionarios de la Cámara de Representantes y del Senado (de Estados Unidos). En cada reunión, tengo solo unos minutos para explicar lo que está sucediendo, les cuento todo y parece que no hay nada. No creo que cambie nada. El pueblo sirio ha sido abandonado”.

Entre marzo de 2011 y el mismo mes de 2018 han muerto 470 mil personas, la cifra sin embargo podría ser más alta, tampoco se tiene una cifra exacta del número de heridos.  Esta guerra ha provocado más de 6 millones de refugiados en todo el mundo, la mayoría siendo mujeres y niños, y cientos de miles de personas arrestadas por el presidente sirio. Según la ONU se necesitan 3 mil 200 millones de dólares de ayuda para los 13,5 millones de personas, incluidos seis millones de niños, que requieren asistencia humanitaria dentro del país. Cerca de 70% de la población no tiene acceso a agua potable, una de cada tres personas no puede satisfacer sus necesidades alimentarias básicas, más de 2 millones de niños no van al colegio y una de cada cinco personas vive en la pobreza. Hoy, 9 años después, gran parte de su población está profundamente traumatizada por la guerra.

NO deje de ver este profundo y conmovedor documental FOR SAMA, fue ganador de un Emmy Internacional, mejor documental en el Festival de Cine de Cannes 2019, recibiendo una ovación de pie de seis minutos.  For Sama se convirtió en el documental más nominado en la historia de los British Academy Film Awards con cuatro nominaciones, ganando como mejor documental, y 8 premios más en importantes festivales y una nominación al Oscar como mejor documental.  Este film está disponible en Netflix, tiene escenas muy fuertes, pero ¡como camuflar la realidad! Nos duele porque nos muestra la degradación humana, pero también nos reconforta al saber que los buenos somos más. Y recuerde, Comparte cultura; comparte una película.

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4 Comments

  • Nohora Fonseca
    20 julio, 2020, 12:26 am

    Excelente artículo. sin duda la guerra es la peor plaga que puede existir sobre la tierra, sólo deja pobreza, desolación dolor, tristeza, zozobra e incertidumbre y muchos traumas psicológicos que les marca la vida para siempre a las personas que viven este tipo de cucesos. Muy valiente esa mujer para tener la capacidad de registrar en su cámara todo lo sucedió y para tomar la decisión de tener un hijo en esas condiciones tan nefastas.

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  • williamserrano2
    20 julio, 2020, 11:36 am

    Las religiones como la democracia han sido convertidas en instrumento para la imposición de intereses particulares que someten a los pueblos a todo lo contrario profesado por sus doctrinas. Pervierten los conceptos para engañar y así, unos pocos, mantienen alimentando sus egos y ambiciones en detrimento de bienestar de muchos. ¿Qué es la libertad? ¿Cuál es la diferencia entre libertad individual y libertad colectiva? Hasta dónde vá la libertad individual? Yo diría que es otro concepto pervertido para, subliminalmente, someter la voluntad de los colectivos desde la percepción individual de una utopía.
    Interesantes conceptos aborda la autora del artículo, “La guerra es un lugar donde jóvenes que no se conocen y no se odian se matan entre sí, por la decisión de viejos que se conocen y se odian, pero no se matan”. – Erich Hartmann.

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  • Iriana Tinjaca
    20 julio, 2020, 8:22 pm

    La guerra que nace desde tantos vacios y sobre todo el mas grande el vacio del amor, cuando cambiemos el chip de menos miedo mas amor quizas las cosas cambien. Si bien este documental nos mostrara lo que pasa en ese pais creo que no estamos muy lejos para verlo en algunas zonas de nuestro pais. Veremos este documental. Gracias

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  • Martha Fonseca
    24 julio, 2020, 12:13 am

    Hay guerras donde aparente mente no hay ejercitos, donde aparente mente no hay enemigos, no hay estrategias, no hay combates, no hay territorios por conquistar, no hay un derrotados que demostrar, no hay condecoraciones por haber sido el mas fuerte y haber derrotado al enemigo, no hay premios; de la guerra que estoy hablando que aparentemente no hay querra es aquella guerra que libramos cada uno y batallamos dia a dia donde las armas son tan letales vomo el misil que van destruyendo todo a su pasó, es una lucha de mi contra mi; cuanta frustracion, cuanto dolor, cuanta sangre que son aquellas la grimas que salen de lo profundo del corazon que nos hacen llorar en secreto y pensar en una vida sin sentido alguno, cuando entendamos que la guerra no esta fuera, sino que por lo contrario esta dentro, esta debtro de mi entendere que devo librarme de todo aquello qie genera esa guerra, ser libre fe todos los demonios que me persiguen y como los enfento ?…. Viviendo cada momento que nos lleva a esa guerra y sanarla, entonces habra una paz en mi vida y esto genera tambien una paz a mi alrededor y ayudare en algo a que el mundo u universo este en paz.

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