Todo funcionaba bien hasta cuando llegó Pinturita. Audio: https://www.youtube.com/watch?v=aDuRSe4Vm7I La Biblioteca Pública Piloto de Medellín enorgulleció a Antioquia, fue ejemplo de Colombia para el mundo y nos permitió a muchos un balcón inmarcesible para asomarnos a sus libros, a sus foros, sus seminarios y, en un momento muy feliz de su vida, sostener el Taller
Todo funcionaba bien hasta cuando llegó Pinturita.
Audio: https://www.youtube.com/watch?v=aDuRSe4Vm7I
La Biblioteca Pública Piloto de Medellín enorgulleció a Antioquia, fue ejemplo de Colombia para el mundo y nos permitió a muchos un balcón inmarcesible para asomarnos a sus libros, a sus foros, sus seminarios y, en un momento muy feliz de su vida, sostener el Taller de Escritores de Manuel Mejía Vallejo que catapultó a toda una generación de escritores.
Desde su fundación en 1952, gracias al patrocinio de la Unesco, los paisas entendieron que era una joya y como tal la conservaron. Era tal el prestigio y el servicio que prestaba que a su alrededor generaron una serie de bibliotecas en las comunas y hasta se metieron en la faraónica obra de la Biblioteca España.
Todo funcionaba bien hasta cuando llegó Pinturita, cuyo afecto por las vanidosas y los baladíes, no le dejaron capacidad para seguir dando brillo a la Piloto. Encargó de su dirección a un ilustre desconocido de las letras en imprenta (y así lo denuncié en su momento), no le aumentaron el presupuesto de mantenimiento y a la repotenciación que le habían hecho estructuralmente un contratista se le olvidó aplicar el aislante contra la penetración de las aguas lluvias.
El desastre comenzó desde entonces. Las estanterías hubo que cubrirlas con plásticos para que los libros no se mojaran con las goteras y cuando llegó Fico a la alcaldía, que, a más de tenerle aversión a los libros en su vida privada, no tiene interés en salvaguardar los orgullos intelectuales de Medellín, no ha nombrado director de la Biblioteca. Tienen a una señora asustada encargada dizque de administrarla.
El agua sigue entrando, los plásticos ya le quedan cortos a las estanterías y el gran baluarte de la Biblioteca Pública de Medellín se está desmoronando. Mientras tanto los Gillisnky de Nutresa y los GEA de Argos venden y revenden acciones sin que les preocupe la colmena de saberes que es la Piloto y mucho menos a Fico que quiere ver como en Medellín siguen su ejemplo hasta que nadie lea un libro ni gratis en la Biblioteca.
Gustavo Álvarez Gardeazábal
El Porce, abril 24 del 2024
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