Crónica de un despistado feliz, en la noche del Miss Teen Universe Casanare.

Crónica de un despistado feliz, en la noche del Miss Teen Universe Casanare.

Por: Fabio Acevedo Hernández, especial para Perspectiva Global. En una noche memorable teniendo como marco la impoluta imagen del Cerro del Venado que se levantaba imponente entre los rayos dorados de la luna llanera que, a esa hora, seis y media de la tarde, ya se asomaba altiva en lontananza, sobre la aureola crepuscular del

Por: Fabio Acevedo Hernández, especial para Perspectiva Global.

En una noche memorable teniendo como marco la impoluta imagen del Cerro del Venado que se levantaba imponente entre los rayos dorados de la luna llanera que, a esa hora, seis y media de la tarde, ya se asomaba altiva en lontananza, sobre la aureola crepuscular del día que agonizaba, para dar paso a una fresca noche de verano en Yopal “Capital Mundial del Llanero”, justo allí donde confluye la inmensa llanura y el piedemonte fresco, que enamora e invita a soñar.

Era el domingo 26 de febrero y los casanareños provenientes de todos los rincones del departamento, acudían en masa al Teatro Cinema Casanare de Yopal para ver coronar a la nueva Miss Teen Universe Casanare, la reina juvenil más bella de la región, que tendría desde esa noche el honor de representar al departamento, Casanare en el Concurso Nacional más importante de esta categoría en el país, el Miss Teen Universe Casanare.

Yo, que, sin un mejor plan a esa hora, más que ir a Panchos a comerme un delicioso perro caliente, pasaba por el lugar un tanto despistado, y sin saber a qué se debía tanto alboroto, le pregunté a un flaco que portaba una pancarta que decía “Sabana Larga”, sobre lo que allí estaba pasando y me contó de carrera sin mirarme a la cara, que era la gala final del Miss Teen Universe Casanare y me refirió otros detalles. Lo que me contó el joven me gustó y tome la decisión de comprar la boleta y entrar al recinto. Pese a que me gustan los reinados, y los sigo por varios medios, era la primera vez que iba a un evento como este.

El plato estaba servido, más de 300 almas animaban a 9 candidatas de igual número de municipios, con pitos, vuvuzelas, trompetas, confetis y gargantas pregoneras, que no paraban de gritar por sus preferidas.

Comenzó el show con un opening muy vistoso en donde las candidatas vestidas uniformemente, y exquisitamente maquilladas, danzaban al ritmo de una coreografía y gritaban con orgullo sus nombres, y el de sus municipios. El marco era tan lúcido que por un momento me sentí presenciando la propia gala de Miss Universo.  Pero aquello no era alucinación, era real. Eso estaba pasando allí, en el interior del teatro Cinema Casanare, de Yopal.

Las nueve hermosas candidatas en su primera salida habían encendido aún más el entusiasmo y el teatro parecía reventar. Todos disfrutábamos, y los seguidores de las reinas las avivaban, guardando la esperanza de ver coronar a su   favorita, al finalizar la velada.

Pero él jolgorio, la algarabía y los sonidos de las vuvuzelas se “cortaron” cuando los presentadores anunciaron los nombres de los jurados. La destacada psicóloga Tatiana Sabogal, la hermosísima reina del Casanare Karol Garzón, Omar Iglesias el reconocido reinólogo y empresario de la belleza, más conocido como Lupe Dangond y el maestro de las pasarelas en Colombia y Latinoamérica Fabián Chacón… ¿Whats?, como dicen los gomelos, ¿esto es verdad? ¿Estos presentadores estarán diciendo la verdad? ¿Será en realidad Fabián Chacón, o nos estarán metiendo ardilla por chigüiro?, me preguntaba una y mil veces.

Nunca había tenido el honor de conocer personalmente a tal eminencia, pero lo seguía en todo y admiraba su trabajo. Ese era para mí, el premio gordo de la noche. Me dije, “Si logro verlo, habría justificado con creces el valor de la boleta, que, aunque no era muy alto, me privaba esa tarde de comerme unos cuantos perros Calientes en Panchos, mi sitio de comidas rápidas favorito en Yopal, donde suelo ir casi que a diario. Quizá hasta ese momento era lo que más me había atormentado, no poder ir a Panchos esa tarde por ponerme de “aventao” a comprar una boleta; pero al escuchar que allí en ese mismo lugar donde yo me encontraba, también estaba Fabián Chacón, deje de pensar en los perros calientes.

Entonces como si me hubieran soplado al oído me levanté del lugar donde me encontraba sentado, y esquivando flashes y reflectores a escondidillas, me fui hasta donde estaba la mesa de los jurados y aprovechando que había una pausa en el show y los presentadores leían los comerciales, me puse enfrente a ellos y los observé con mirada de venado asustado, uno a uno.

Tatiana Sabogal, no la había visto nunca, pero reconocí en ella su clase y su belleza madura y serena, Karol Garzón más bella que cuando fue a Cartagena, y enfundada en un traje rojo transparente, mostraba sus encantos dejando todo a la imaginación.

También estaba allí Lupe Dangond, con su mirada puesta en su planilla de calificación, si bien lo había visto por redes sociales, en persona lucía más joven y con cara de “jefe buena papa”. Yo aun sintiéndome más despistado que nunca le sonreí y él me guiño el ojo, y siguió en lo suyo. Pero mi máximo objetivo en ese momento era encontrar a Fabián Chacón.

Ya iba a reiniciarse el desfile en vestido de baño, de las reinas y yo no había podido ver al gran personaje de la noche. El maestro de las pasarelas en Colombia, no estaba ya en la mesa de los jueces, había ido a su camerino a retocarse, aprovechando la pausa en el show. Ya los presentadores anunciaban el reinicio de la gala y sabía que Fabián aparecería en cualquier momento por la puerta de su camerino, pero alguien desde la distancia me gritó “siéntese cabezón”, y entendí que estaba mal ubicado. Resignado renuncié en ese instante a mis deseos de ver al personaje en cuestión. Me sentía fracasado, y entonces obligado por la circunstancia me fui a sentar.

Después de ver el desfile en vestido de baño y de gala, todos en el teatro estábamos felices. Pues habíamos visto una puesta en escena impresionante, con reinas lindas, de cuerpos bellos, sanos y bien definidos. Vestidos hermosos y unas barras que nunca dejaban de animar. La competencia debía seguir y las nueve concursantes estaban allí paradas como hermosas palmeras de la sabana, erguidas, sonrientes y resignadas a la voluntad de los jueces.

Estaban bellas no había duda; cualquiera podía ganar. Pero recordaba las escenas de los dos desfiles anteriores y entendí que Paz de Ariporo, Yopal y Villanueva habían tomado una pequeña luz de diferencia sobre las demás, según mis escasos conocimientos en el tema.

Yo que miraba emocionado para todos los lugares y escuchaba a cada barra; sabía lo difícil que sería para el jurado elegir a la Reina. “Que pendejada… Por qué no le dan una corona a cada una de esas muchachitas y así se evitan romperles el corazón, finalmente todas merecen una corona y es por ella que se esfuerzan en este momento”, pensé.

Al ver a esas hermosas jovencitas llaneras allí paradas sonriendo y saludando, me detuve en la belleza latina y el hermoso cuerpo de Lindsay Molina, Miss Teen Universe Chámeza; el rostro bello y sonrisa encantadora de Natalia Vega, Miss Teen Universe Maní; la mirada hermosa y el carisma de Michell Gutiérrez Miss Teen Universe Orocué; el rostro tipo Miss Universe y sonrisa bella de Vanessa Benavides, Miss Teen Universe Paz de Ariporo; la seguridad en el escenario y la piel de porcelana de Hillary Chaquea, Miss Teen Universe Pore; la elegancia y ternura de Shelsy Corredor, Miss Teen Universe Sabanalarga; la fina coqueteria, el histrionismo y talento de Sofía Vergara, Miss Teen Universe Trinidad; el rostro angelical y sonrisa perfecta de Mariana Gómez, Miss Teen Universe Villanueva;  y el porte, y la imponencia de Ilona Cuevas, Miss Teen Universe Yopal, quien dejó a todos sin aliento, al salir a la pasarela enfundada en un impactante traje dorado, del diseñador casanareño Oscar Reina.

Aunque había tres claras favoritas, el panorama no estaba aún definido, pues se desconocía también el balance de ellas, en la entrevista con el jurado. Además, el mensaje que habían entregado las candidatas de manera personal a los asistentes, también hacia prever que podría haber sorpresas.

Los presentadores recibieron el sobre con el fallo y el grupo de semifinalistas se fue decantando: Chámeza, Yopal, Sabana Larga, Paz de Ariporo, Villanueva y Maní, avanzaban a la siguiente etapa.

Después de un nuevo desfile de las semifinalistas, el jurado se retiró para deliberar y entregar el top 3. Mientras tanto yo seguía   con las esperanzas vivas de conocer al maestro Fabián Chacón antes que terminara la gala y se fuera del teatro.

Mientras yo pensaba como haría para volverme a acercar a la mesa de los jurados, para ver al maestro Chacón, y mientras escuchaba a los presentadores anunciar la lista de los patrocinadores se me fue el tiempo y no alcancé a levantarme de la silla, desde donde no se podía ver la mesa del jurado. Esta vez los jueces no se demoraron y rápidamente regresaron al teatro y casi que al instante fueron llamadas las integrantes del top 3, sin ninguna sorpresa: Villanueva, Yopal y Paz de Ariporo.

Nuevamente el jurado se fue a su camerino a deliberar para lo que sería la clasificación final del concurso, y sin perder tiempo y haciendo “maromas” llegué hasta la entrada del camerino y me agazapé como gato, al lado de una señora que me confundió con uno de los asistentes de logística y me preguntó dónde quedaba el baño. Ya iba a responderle a la señora cuándo apareció el jurado, y mis ojos se fueron hacia un señor ya maduro de camisa amarilla y estampados rojos, un pantalón rojo y unos enormes tacones también rojos, que me hicieron estremecer pensando que podría caerse en cualquier momento.

Lo miré de arriba abajo y él ni se inmutaba al caminar, lo hacía con destreza, elegancia y seguridad. “Este es todo un personaje”, pensé. Y quizá alucinando vi a una fila de mujeres hermosas caminando en pos de él. Me imaginé viendo junto a él, a Ariadna Gutiérrez, Paulina Vega, Andrea Tovar, Laura Olascuaga, Valeria Ayos, y todas esas hermosas reinas colombianas que han pasado por sus manos.

El anuncio de los presentadores llamando nuevamente a escena a las candidatas del top tres, me hizo nuevamente regresar a mi silla. Estaba feliz, había visto al gran Fabián Chacón y eso era para mí el mejor premio de la noche. Ya poco me importaba quien fuera coronada, igual cualquiera de las del top tres sería digna ganadora, y por eso me acomodé en mi silla y me relajé, mientras las barras enardecidas gritaban a todo pulmón y las vuvuzelas parecían reventarse.

El frenético ritmo de la competencia hizo una pausa para escuchar la intervención de los dueños de la franquicia en Casanare Jhon Quimbayo, Rubén Millán y Mirtha la chaperona, quienes en medio de una sentida ovación eran exaltados por los asistentes. Ellos orgullosos de los resultados agradecieron a todos el apoyo y respaldo irrestricto, y dieron paso al desenlace de la competencia

Después del final look, los presentadores entregaron el siguiente resultado: Reina Vanessa Benavides de Paz de Ariporo; Virreina Mariana Gómez de Villanueva, y Princesa Ilona Cuevas de Yopal.

Mientras todos corrían en estampida para la parte de adelante del teatro, yo salí como un “misil” para una escalera que conectaba el teatro con la tarima principal en donde se había realizado el show. Allí estaban toda a las reinas abrazándose entre sí y felicitando a la ganadora; y con ellas los jurados, y los dueños de la franquicia frente a las cámaras de los periodistas que habían ido a cubrir la velada.

Mi objetivo ahora era pedirle un autógrafo y saludar al maestro Fabián Chacón y expresarle mi admiración. Entonces sacando valor comencé a subir la escalera para llegar hasta donde él estaba, pero un moreno enorme y musculoso que antes había visto bailando en la coreografía central, me jaló del brazo y me dijo: “anda muchacho vuélvete a tu sitio. Allá no puedes subir”.

Sin que él lo notará le recordé a su progenitora, y me dispuse a salir del teatro Iracundo. El show había terminado, los que ganaron estaban contentos, los que no ganaron protestaban y yo estaba feliz porque a pesar de no haberle podido dar un abrazo al maestro Fabián Chacón, lo había tenido a pocos pasos de mí y había disfrutado de la velada. ¿Qué más pedir?…  Un show bien montado, candidatas hermosas, una elección correcta y una Miss Teen Universe Casanare de lujo.

A pesar del normal inconformismo de los que apoyaban otras candidatas, la aceptación y respaldo hacia la ganadora Vanesa Benavides fue unánime. Si me preguntan si regresaré a la próxima edición del Miss Teen Universe Casanare, les diré con toda seguridad que sí. Y ojalá la Organización vuelva a invitar al maestro Fabián Chacón.  Prometo que, a la próxima, si no se me va a ir, sin pedirle un autógrafo y expresarle mi admiración.

Salí del teatro  en medio del sonar  de las gargantas secas que ansiosas  ingerían agua después de tanta algarabía y de una que otra vuvuzela que se dejaba escuchar destemplada y resignada, en los rincones del teatro.

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