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“El tiempo es una bestia extraña y poderosa. Tiene la costumbre de hacer posible lo imposible”. Kate Morton. Por: Nelsfomo Disfrutar de la naturaleza, viajar con amigos o familiares por paradisiacos lugares es el sueño de muchas personas, conocer nuevas culturas e incluso enfrentarnos al reto de nuevos acentos o idiomas es algo emocionante cuando

“El tiempo es una bestia extraña y poderosa. Tiene la costumbre de hacer posible lo imposible”. Kate Morton.

Por: Nelsfomo

Disfrutar de la naturaleza, viajar con amigos o familiares por paradisiacos lugares es el sueño de muchas personas, conocer nuevas culturas e incluso enfrentarnos al reto de nuevos acentos o idiomas es algo emocionante cuando escogemos el lugar para pasar nuestras vacaciones, la principal razón que nos lleva a ese lugar es descansar y así recuperar energías y de paso abrir nuestras fronteras mentales, disfrutar de lugares históricos y compartir con personas que a veces ni logramos comprender del todo, pero el idioma universal de una sonrisa nos involucra en sus vidas y siempre terminamos haciendo amigos, compartiendo ideologías y hasta extrañándolos cuando tenemos que regresar a nuestros lugares de origen.

Las vacaciones son necesarias para todos los humanos, es un momento para compartir y reencontrarnos con nosotros mismos y replantearnos muchas cosas, son muy importantes porque a través de las vacaciones se mueve la economía de muchos lugares, beneficiando a las personas oriundas de la zona. Y mucho más si el destino que elegimos es una isla ya que su principal sustento está basado en el turismo. Por eso es muy importantes que los locales se apropien de lo que tienen y le den el valor necesario para proteger todos los recursos naturales que la zona ofrece (este recurso es importante en cualquier parte del mundo).

Para los amantes del agua y las olas no hay nada mejor que buscar lugares que tengan mar, ya que no solo relaja sino también purifica el organismo, es rico en potasio, yodo y zinc que también forma parte de la sangre en los humanos, el agua salada con todos sus componentes actúa y mejoran la eliminación de toxinas dañinas del organismo, facilita la respiración, calma la ansiedad y la angustia, revitaliza los tejidos y equilibra el PH de la piel, todo esto acompañado por la banda sonora de las olas estrellándose que generan un eco placentero. Es común ver en las playas personas durmiendo, jugando, caminando, tomándose una cerveza mientras sus pies se hunden en la arena o simplemente viendo como el sol se esconde en el agua y la luna emerge de las entrañas del mar para imponerse esplendorosa he iluminar las más grandiosas caminatas nocturnas.

Es que la contemplación de la inmensidad del mar y su belleza trae inmediatamente la relajación y la paz deseada. Todo es armonía, todo es perfecto, el tiempo parece detenerse, las olas del mar parecen llevarse nuestros problemas, disfrutamos del viento que acaricia nuestras desnudas piernas y la arena que se pega a nuestra piel brilla como perlas cuando son golpeadas por los rayos del sol. Vivir junto al mar es un verdadero placer, ¡claro! Para aquellos que les gusta el agua. Pero, así como es el destino turístico ideal para muchos, también puede convertirse de la nada en un verdadero apocalipsis, y exactamente eso fue lo que paso para lugareños y miles de turistas de diferentes partes del mundo que disfrutaban las costas de Asia en 2004.

En la mañana del día después de navidad de 2004, un terremoto de magnitud de 9,3 en la escala de Richter detonó en el norte de la isla de Sumatra (Indonesia) acompañado de olas hasta de 30 metros de altura. El terremoto ocasionó una serie de tsunamis devastadores a lo largo de las costas de la mayoría de los países que bordean el océano indico, matando muchas personas a su paso e inundando una gran cantidad de comunidades costeras a través de casi todo el sur y sudeste de Asia, que prácticamente barrieron zonas de Indonesia, Sri Lanka, Tailandia, India y otros nueve países.  Este desastre natural dejo al menos 280 mil muertos en un solo día, sin contar a los millares de personas desaparecidas y más de 1 millón sin hogar.

La magnitud de la catástrofe en parte se dio debido a la falta de sistemas de alerta temprana en la zona, quizás como consecuencia de la poca frecuencia de este tipo de sucesos en esta región. En Banda Aceh (una ciudad de Indonesia) formó una pared de agua de 18 a 30 m de altura penetrando en la isla 1 o 3 km desde la costa al interior, sucesivas olas llegaron a Tailandia con 15 metros de altura. Toda esta magnitud se debe a que el epicentro estuvo solo a 9 km de profundidad, y a que la ruptura de la placa tectónica fue de 1.600 km de longitud. Es el segundo terremoto más grande registrado desde la existencia del sismógrafo (aprox. en 1875) después del terremoto de 1960 en Valdivia (Chile), también fue reportado por tener la segunda duración más larga observada en lo que a fallas geológicas se refiere, durando entre 500 y 600 s (8,3 a 10 min) y fue lo suficiente grande como para hacer que el planeta vibrara un centímetro aproximadamente. Además, también dio lugar a terremotos en lugares tan alejados como Alaska, al igual que sentirse mínimas vibraciones en varias partes del mundo.

Miles de personas que resultaron afectadas en varios países incitó una respuesta humanitaria extensiva, la comunidad mundial donó más de 14 millones de dólares en ayuda humanitaria a los afectados por el terremoto, las Naciones Unidas afirmaron que el costo de la operación de ayuda humanitaria sería el más alto de la historia. Muchas personas del común se unieron a la causa y se desplazaron por sus propios medios para ayudar en lo que pudieran, rescatistas, psicólogos, recreadores, pintores, y todo aquel que pudiera aportar en algo era bien recibido. Michael Schumacher, campeón de la fórmula 1 y deportista mejor pagado del mundo, se convirtió en el mayor donante individual al aportar 7 millones de Euros y el magnate Bill Gates donó 3 millones de dólares.

Poco a poco los afectados se fueron recuperando de sus pérdidas humanas y materiales, aprendieron del dolor y se sobrepusieron a él sin olvidar sus muertos y continuaron reconstruyendo sus vidas y países. 11 años después de esta gran tragedia tuve la oportunidad de ir a Mamallapuram, India. Uno de los tantos lugares afectados por el tsunami y la gente recuerda el hecho con nostalgia, pero se sienten orgullosos de haber sobrevivido. Mamallapuram (apodado las siete pagodas) “siete pagodas” se refiera a un mito que ha circulado por la India, Europa y otras partes del mundo por más de once siglos. Los mitos hablan de seis templos sumergidos bajo las olas con el séptimo templo (short temple) que aún se encuentra a la orilla del mar, se hablaba de una ciudad grande y atractiva que alguna vez estuvo allí, pero era tan hermosa que los dioses se pusieron celosos y enviaron una inundación que se la tragó por completo en un solo día, pero nunca se encontró evidencia de la existencia de mencionada ciudad.

Ahora, con la misma venganza, los mitos parecen haberse hecho realidad después del tsunami del 2004, el agua de la costa retrocedió aproximadamente 500 metros, los turistas y residentes que presenciaron el evento recordaron haber visto una fila larga y recta de grandes rocas emerger del agua, cuando el tsunami se precipito hacia la costa, las piedras fueron cubiertas nuevamente, el sedimento de siglos volvió a desaparecer. todo esto despertó gran interés popular y científico en el sitio. Esta tragedia también se convirtió en orgullo por el gran hallazgo arquitectónico que se descubrió en la zona. Otro hallazgo arqueológico importante después del tsunami fue un gran león de piedra del siglo VII que quedó descubierto en la playa.

Al caminar por las costas se puede apreciar capas extendidas de conchas marinas y otros desechos oceánicos, así como templos y monumentos destruidos, zonas abandonadas donde sólo existen pedazos de sus dioses, incluso el templo Shore construido en el siglo VII permaneció varios días bajo el agua. Esta zona en el sur de la india también es famosa por su gran cantidad de templos de casi todos los siglos y templos en cuevas tallados en piedra con más de 1.500 años de antigüedad, los templos están declarados como patrimonio cultural de la humanidad. En las costas se pueden apreciar aún algunas estatuas previamente cubiertas y pequeñas estructuras descubiertas en la costa, se puede encontrar evidencia física del tsunami a lo largo de casi toda la costa oeste de India.

Así como este mito que parecía imposible logró ver la luz en la tragedia, algo parecido sucedió con todas las personas que pudieron sobrevivir a esta catástrofe. Y ese es precisamente el título de la película que relata la historia de una familia que vivió de primera mano la desdicha de vivir la ferocidad de un tsunami. LO IMPOSIBLE es una película española, protagonizada por Naomi Watts y Ewan McGregor. El film relata el drama que una familia española que vivió en la vida real en 2004, mientras pasaba sus vacaciones en un hotel en Tailandia. La mañana después de Navidad, mientras se bañaban en la piscina, son sorprendidos por un tsunami colosal que destroza el hotel y gran parte de sudeste asiático. Lastimados y en estado crítico, María y su hijo vivieron la traumática experiencia de sobrevivir y buscar la otra parte de la familia, entre muertos, heridos y médicos desesperados que no daban abasto, sin saber si los otros miembros habían logrado escapar.

El proyecto cinematográfico nació cuando María Belón, superviviente del tsunami, explicó los hechos en una entrevista de radio en 2007, una de las oyentes era la productora Belén Atienza, esta le explicó la historia al director de cine español J.A Bayona y decidieron ponerse en contacto con María para rodar la historia. Bayona encargó al guionista Sergio G. Sánchez, con el que ya había trabajado en la película El Orfanato, para que escribiera el guión bajo el argumento de María. La cinta se exhibió el 27 de septiembre de 2012 en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián. El film tuvo éxito tanto en taquilla como entre los críticos, recibió 14 nominaciones a los Premios Goya, de los cuales ganó 5, uno de ellos el mejor director.

LO IMPOSIBLE es de esas películas que no se puede dejar de ver, así como obtuvo éxito hace 8 años en las taquillas, ahora está repitiendo la acogida al encontrarse entre las 10 ficciones más vistas por los usuarios de Netflix donde desembarco recientemente. Como prueba de la fortaleza humana Lucas, el hijo mayor que acompañó a su madre durante toda la odisea, decidió estudiar medicina para cumplir con lo que le dijo a su mamá en una escena de la película. “esto no me vuelve a pasar, que no sepa distinguir un antibiótico de otro”. Hoy Lucas es uno de los tantos médicos que se encuentra en la primera línea luchando contra la pandemia del coronavirus en una unidad de cuidados intensivos en Londres, Inglaterra. Parece que una vez más la realidad supera la ficción y que los finales felices no solo ocurren en el cine y que siempre hay algo más después del final. Y recuerde, Comparta cultura; comparta una película.

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