Audio: https://www.youtube.com/watch?v=fOWozSXJBjQ Cuando se escriba la historia de este país, desde nuestras propias universidades o desde algún documentado archivo de las universidades gringas, y a riesgo de ser llamado un panfleto antipatriótico, se explicitará que la causa fundamental pero olvidada para que el presidente Duque pasara a la historia como el presidente de los 100
Audio: https://www.youtube.com/watch?v=fOWozSXJBjQ
Cuando se escriba la historia de este país, desde nuestras propias universidades o desde algún documentado archivo de las universidades gringas, y a riesgo de ser llamado un panfleto antipatriótico, se explicitará que la causa fundamental pero olvidada para que el presidente Duque pasara a la historia como el presidente de los 100 mil muertos, fue la negativa a decretar el cierre del aeropuerto El Dorado, al comienzo de la pandemia.
Probablemente sabremos si se negó a hacerlo por llevarle la contraria a la alcaldesa de Bogotá que lo pedía a gritos para atajar el chorro de viajeros que traían el virus o si lo hizo por favorecer a Avianca de la quiebra inminente, así en esos momentos la vicepresidenta de la aerolínea fuera su hermana. Como ejemplo comparativo de que eso puede pasar en el futuro, un juicioso investigador colombiano, metiéndose en los vericuetos de los archivos históricos españoles durante años, ha publicado un libro para demostrar que la independencia de la Gran Colombia se dio fundamentalmente por un detalle que pese a haberse registrado aquí y allá se decidió oficialmente negarlo de manera rotunda, o echarlo al olvido, que es peor, tanto por los historiadores y gobernantes españoles de aquellos años como por las nuevas autoridades del gobierno de Santafé de Bogotá.
José Antonio Salazar Cruz, un abogado rosarista, exmagistrado y desde su retiro de la actividad jurisprudencial dedicado de lleno a Rotary International, ha publicado un libro titulado “Golpe de Fortuna Loca” para pretender saldar una deuda histórica mostrando que la independencia que comandó Bolívar no habría podido darse si en España no ocurren al tiempo la invasión napoleónica, la Constitución de Cádiz y en especial, la rebelión de Rafael Del Riego.
Obviamente usar el método de achacarle la independencia de Colombia a otros elementos distintos de los consagrados por la tradición popular y la verdad oficial puede resultar válido, pero es demasiado arriesgado porque los mitos no se pueden destruir de una plumada. No importa que en este libro se conozca al detalle y con documentación lo que nunca nos contaron ni a nosotros ni a los españoles sobre las burradas corruptas del rey Fernando VII. Como según él, la responsable de la libertad no fue la campaña libertadora hecha por los colombianos sin uniforme, minimiza la gesta de Bolívar y sus ejércitos y magnifica al menospreciado, pero uniformado señor Del Riego y a las brutalidades mayúsculas del rey español.
En tal condición el libro termina siendo una historia ibérica que poco o nada nos interesa ni a los colombianos ni a los españoles de hoy. No puedo negar que está bien escrito el libro, pero no pasa de ser un panfleto camuflado contra los valores guerreros de quienes derrotaron al imperio español comandados por Bolívar y Santander. ¿Será igual a lo que dirán del presidente de los 100 mil muertos dentro de unos años los historiadores?
Gustavo Álvarez Gardeazábal
El Porce, junio 24 del 2021
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