El llanero que lleva la delantera. Hace algo más de dos semanas, luego de que el Centro Democrático ya había presentado su baraja de precandidatos presidenciales, Paloma Valencia, Óscar Iván Zuluaga, Rafael Nieto y María Fernanda Cabal, salto de la nada un nuevo candidato y del cual al parecer muchos ni siquiera se lo esperaban dentro esta colectividad; Alirio Barrera, un llanero, quien fue gobernador de Casanare y del cual en tan solo los primeros 15 días de su aspiración a representar este partido, ya puso a hablar a militantes y contrarios, analistas y medios de comunicación, sobre sus posibilidades de convertirse definitivamente en quien alce estas banderas en las justas presidenciales de 2022. analistas y medios de comunicación, sobre sus posibilidades de convertirse definitivamente en quien alce estas banderas en las justas presidenciales de 2022.

Alirio es un comerciante y caballista de tradición, domador de caballos de alta escuela, quien viene de una familia pobre y humilde del municipio de Aguazul;  salto a la arena política en 2015 por solicitud del mismo Álvaro Uribe; para esa época registró las votaciones más altas en la historia de Casanare, casi que duplicando en votos a su contrincante político quien era del partido Cambio Radical y hacia parte de la gran coalición que conformaban junto con el partido de la U, coalición que contaba con todo el respaldo del expresidente Juan Manuel Santos. En resumidas cuentas, Alirio derrotó en 2015 contundentemente a la coalición nacional y a Juan Manuel Santos en Casanare, fue en la presidencia de Santos el único gobernador del Centro Democrático en Colombia y Pese a las dificultades que implica gobernar en el nivel territorial con presidente contrario, Alirio terminó su gobierno en 2019 siendo el mejor gobernador de la historia de Casanare y el mejor gobernador de Colombia.

Pagó el endeudamiento de Casanare que estaba por el orden de los 127 mil millones de pesos y con intereses pasaba a ser una deuda pública cercana a los 200 mil millones, dejó todo listo para la creación de la única universidad pública que ha podido nacer en Colombia desde hace casi 50 años, era un hecho casi irrealizable después de creada la ley 30 de 1992, logró que la Región Llanera tuviera el reconocimiento nacional a través del Día de la Llaneridad, (ley 1907 de 2018), gestionó la presencia de 4 universidades públicas en Casanare y desarrolló la inversión más significativa para la formación técnica y tecnológica aumentando la cobertura educativa en Casanare en un 400 por ciento;  construyó dos sedes del SENA en el norte y el sur de ese departamento; las cuales beneficiarán por periodo por lo menos a 10 mil estudiantes.

Este es un simple abrebocas de lo que representa el nombre de Alirio Barrera, quien además se convirtió en el primer gobernador en Casanare en cumplir su periodo completo y salir sin líos con la justicia administrativa, desde el año 2000 ningún gobernador en Casanare había podido concluir su periodo administrativo por incidentes relacionados con hechos de corrupción, inclusive a hoy, hay tres exgobernadores que están en la cárcel respondiendo por delitos administrativos cometidos durante sus periodos de gobierno. Todo lo anterior pone al llanero ante los ojos del electorado colombiano y le comienza a dar un carácter político que definitivamente ninguno de sus contendores tiene.

Alirio representa al pueblo pueblo, a los de a pie, a los que no vienen de papi y mami, ni han heredado su liderazgo político por apellido o casta política; y por lo que podemos ver en su forma de ser y estilo de hablarle al pueblo colombiano, pese a haberse convertido en una figura política nacional, no ha cambiado en su personalidad, su humildad y don de gentes sigue intacto; por alguna razón debe ser que los opositores del centro democrático tan pronto conocieron su historia manifestaron públicamente y sin hacer el más mínimo reproche hacia el caballista, que “esté era el gallo-tapado del uribismo.”

Las cartas están echadas, y el uribismo tiene que jugar una ruda carta en las próximas elecciones si quiere ganarle al progresismo; lo que está claro es que no puede ser un representante de la rancia, recabada y muy demeritada clase política tradicional colombiana; si el uribismo, que ha sido la fuerza política más grande del país en los últimos 20 años quiere mantenerse vivo, tiene que jugar con el pueblo, y lo único que esa colectividad tiene, que huele y sabe realmente a pueblo; se llama Alirio Barrera, de lo contrario, se podrían ver abocados a una derrota.

Así las cosas, muy seguramente; y si la colectividad uribista entiende el mensaje, este joven caballista casanareño le va dar una increíble sorpresa a sus compañeros precandidatos presidenciales; cosa que ya empezó a configurase en la primera salida al público por parte de los precandidatos del Centro Democrático. En pleno Salón Rojo del Hotel Tequendama el llanero se llevó la atención del pueblo colombiano y la mayor cantidad de aplausos después de su intervención.