TRAFICANDO CON ILUSIONES.

TRAFICANDO CON ILUSIONES.

Solo hay una cosa que hace a un sueño imposible de conseguir: el miedo al fracaso. Paulo Coelho. Por Nelsfomo Lo más hermoso de ser niños, es esa inocencia que siempre tienen ante todos y todo, no hay interés en el dinero, en brillar o quizás ansías de fama. Lo único que existe es pasión

Solo hay una cosa que hace a un sueño imposible de conseguir: el miedo al fracaso. Paulo Coelho.

Por Nelsfomo

Lo más hermoso de ser niños, es esa inocencia que siempre tienen ante todos y todo, no hay interés en el dinero, en brillar o quizás ansías de fama. Lo único que existe es pasión y amor profundo por aquello que les gusta, porque lo ven como un juego, porque en ellos aún no se ha despertado esa malicia que llega con la adultez. Y es que por lo general todos los adultos planean las cosas dependiendo su interés, del resultado que quieran obtener del mismo. Por ahí dice el adagio popular, “Nadie da puntada sin dedal”, cuando debería ser todo lo contrario, hacer las cosas por gusto, por mero placer sin esperar nada a cambio y así el mundo sería más feliz y no se viviría con tantas decepciones, a veces ponemos más interés en lo que podemos recibir que en lo que en verdad queremos hacer, cuando debería ser todo lo contrario.

Y así son precisamente los niños, cuando ellos quieren hacer algo no hay necesidad de coartarlos o chantajearlos, ellos simplemente tienen la fuerza de voluntad para decir si quiero o no. Cosa diferente cuando son sometidos por los adultos porque ya no es la voluntad del niño sino el deseo de quién obliga. Pero muchas veces los adultos juegan con la inocencia del infante quien por un lado está haciendo lo que le gusta, pero al mismo tiempo está siendo explotado por aquel que dice tener todo el conocimiento y la verdad, cuando en realidad lo único que está haciendo es explotando al niño, pagándole lo mínimo y de paso hacerle creer que se le está haciendo un favor y que por eso debe permanecer fiel a él.

Esta explotación infantil se ve en todos los ámbitos, pero hoy nos centraremos en el talento artístico, en aquellos niños que nacieron con un don en sus cuerdas vocales, esos niños que cuando abren la boca despiertan las más profundas fibras de los desapercibidos, esos niños que cuando cantan lo único que se puede escuchar es un sonido celestial y que llama inmediatamente la atención de los cazatalentos. Quienes   muchas veces se aprovechan de eso don que a ellos les fueron negados, pero que descubrieron como sacar provecho, y convirtieron su buen oído en una fábrica de hacer dinero. Algunos de esos niños que son “bendecidos” con “talento y presencia” son lanzados inmediatamente a las estrellas, grabando discos y haciendo conciertos y así ganando cada vez más seguidores, más fama y por ende más trabajo.

Por ser jóvenes tienen energías de sobra, y muchos de ellos se terminan acostumbrando a ese ajetreo y lo ven como un dulce sueño en un mundo de adultos, y algunos terminan haciendo de esto su verdadero oficio por el resto de sus vidas. Cuando un niño tiene muy buena voz, pero su “presencia física” no es lo que el público quiere y se encuentran a otro niño con “encantador atractivo físico” pero sin voz. Nunca nadie puede saber exactamente qué es lo que el público desea ver o escuchar, pero si se basan en estadísticas para tratar de apuntarle a las masas. Y por ahí dicen, que “el cliente siempre tiene la razón” es así como estos empresarios y cazatalentos hacen la “combinación perfecta”. Un buen atractivo físico con una excelente voz, que más puede pedir el público, la fórmula mágica está servida y en la tarima y pancartas esta la imagen ideal.

Mientras uno es usado como imagen en la tribuna y su función es sincronizar los labios o hacer fonomímica, simulando así que está cantando, y todas las luces brillan para él, goza de dicha con personas a sus pies enloquecidas coreando su nombre, aplausos y fama el otro está detrás de telones oscuros cantando, donde nadie lo puede ver y mucho menos saber de su existencia. Fue así como muchas agrupaciones y solistas se hicieron famosos en el mundo, acumularon fortunas haciéndole creer a la gente que podían ser el “combo completo”, pero cuando las verdaderas voces se cansaron de la oscuridad, del anonimato y hasta del maltrato, terminaron renunciando a cualquier tipo de contrato, es ahí cuando el verdadero telón cae de sus ojos y la farsa se termina descubriendo y estas personas son rechazadas y olvidadas tan rápido como su fama creció.

El caso más famoso engañoso es el de Milli Vanilli, un dúo alemán de pop y R&B. El productor Discográfico Frank Farian, quería formar un dúo musical y para ello primero escogió a los miembros por su buena apariencia y grabó las canciones con coristas en estudio, con buenas voces pero que eran poco atractivos para efectos de marketing. El truco se prolongó por cierto tiempo, tanto así que recibieron importantes premios, hasta que varios fallos de sonido develaron el secreto. Son el primer grupo en la historia de los Grammy al que les han retirado el premio y se vieron envueltos en varios procesos judiciales, todo terminó peor, cuando uno de sus integrantes se suicidó.

Hoy por hoy, esta práctica no se utiliza porque la voz fue reemplazada por una computadora que tiene todos los efectos y filtros que quiera para darle el cuerpo y volumen deseado a la voz, y es así como milagrosamente el que no canta termina siendo el mejor cantante.  Esa es una de las tantas razones del porque en un concierto o a capela (música vocal sin acompañamiento instrumental) suenan diferente a la grabación, muchos cantantes profesionales recurren al llamado playback en concierto (una pista grabada previamente), donde prácticamente se escenifica un concierto en vivo, cuando en realidad es una grabación y los músicos solo interpretan un papel, tocar la guitarra o mover la boca. Esto lo hacen porque muchas veces los extenuantes números de baile o actuaciones requieren mucha exigencia y su capacidad pulmonar no les da para la actividad física requerida, por problemas de salud o simplemente para disfrazar su falta de capacidad para cantar, sobre todo en entornos reales.  Habitualmente usan playback en actuaciones en directo, conciertos y en televisión. Por supuesto, que también existen artistas completos, que han logrado permanecer en la industria con verdadero talento, de hecho, son más los auténticos que los aparentes.

Imagínese el dolor y la marginalidad con la que el niño que está cantando oculto puede vivir y crecer. Y mucho más cuando su “derrota y desprecio” es culpa de su apariencia física. No hay motivador o psicólogo que los haga salir de esa profunda depresión y rechazo por ellos mismos, ya que su autoestima fue totalmente destruida. Estas personas por lo general se terminan aislando de todo y se encierran en sí mismas.  Y eso es justamente lo que le paso a nuestro protagonista de la película NADIE SABE QUE ESTOY AQUÍ (Nobody Knows I`m here) que relata la historia de Memo Garrido un hombre introvertido que vive junto a su tío Braulio en una granja ubicada en una isla del sur de chile, los traumas de su pasado como cantante infantil de pop en los años 90.

El pequeño Memo tiene una voz prodigiosa, pero un look poco televisivo, en cambio, Ángelo tiene toda la “pinta” y se convierte en ídolo juvenil haciendo playback de grabaciones de Memo. La certeza de un engaño lo llevaron a tener una vida alejada por más de 15 años. El tiempo lo ha transformado y su talento se durmió, ha lidiado con su pasado mediante la negación, la incomunicación y la soledad, pero estos sentimientos comenzarán a retornar a raíz de su naciente amistad con una joven. Esta es una cinta chilena de 2020 dirigida por Gaspar Antillo, quien hace su debut como director de largometrajes y quien además escribió el guion junto a Enrique Videla y Josefina Fernández. Es la primera película chilena original producida para Netflix. El film se estrenó en el Festival de Cine de Tribeca, y allí Antillo ganó el premio a mejor director de nuevas narrativas. La cinta no pudo ser estrenada en cines debido al cierre de los mismos por la pandemia.

La película es protagonizada por Jorge García, actor estadounidense de origen cubano-chileno, que nos sorprende con una interpretación magistral. Quien es muy conocido por dar vida a Hurley Reyes en la famosísima serie Lost (perdidos), Luis Gnecco y Millaray Lobos. Producida por el cineasta chileno Pablo Larraín quien dirigió Jackie y produjo la cinta Una Mujer Fantástica. La cinta NADIE SABE QUE ESTOY AQUÍ, no está dirigida a todo tipo de público, debido a poseer un argumento bastante sencillo y ser un film más corto que lo habitual, personajes con escasos diálogos y planos largos, centrándose en explotar las características psicológicas de los personajes, pero quizás convenza a aquellos amantes de un cine más introspectivo y pausado.

El director sabe profundizar en los claroscuros que nos presenta Memo, mostrando un claro ejemplo de una persona traumada, despreciada por la sociedad y obligada a renunciar al único sueño que lo mantenía con vida. Dando un mensaje claro sobre la superficialidad en el arte y lo complejo que es aceptar una realidad que no se adecua a nuestras aspiraciones o deseos. A medida que se va desarrollando la historia descubrimos a una persona enfurecida con un mundo que nunca lo ha querido ni apreciado. La música está a cargo del chileno Carlos Cabezas, reconocido por sus diversas experimentaciones musicales.  Él escribió la canción intentando describir el mundo interior del personaje y siguiendo las indicaciones de Antillo, el director. La canción titulada igual que la película “Nobody Knows I`m Here” tiene dos versiones, una interpretada por su compositor y la otra por Jorge García.  Por ahora esta canción se encuentra en el top 10 de los más escuchado en Spotify.

NADIE SABE QUE ESTOY AQUÍ se estrenó en Netflix el 24 de junio de 2020, ahí está esperando que usted le dé play para que pueda disfrutar de esta sencilla historia que toca temas recurrentes, como los sueños frustrados o la explotación infantil y quizás le termine recordando un tanto a Luis Miguel, la serie, también original de Netflix. Lo bello de la cinematografía es que el interés por cada obra de cine varía según sus características concretas. Si la ha realizado alguien como Martin Scorsese o la ha escrito un genio, uno no se la perdería por nada en el mundo. En el caso particular de Nadie Sabe que Estoy Aquí, están todos invitados a verla y es mejor sentarse a contemplarla sin reparos y con buenas expectativas. Y recuerde, Comparta cultura; comparta una película.

Deja un comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Campos obligatorios *

Otras publicaciones

últimas publicaciones

Más comentado

Vídeos destacados

¿Necesitas ayuda? habla con nosotros