Por: Juan Carlos Niño Niño En la instalación del Congreso, una de las alusiones del Presidente Gustavo Petro pasó increíblemente desapercibida, y por lo tanto nadie “decodificó” su tremenda importancia y trascendencia, incluidos los “ausentes y pasivos” ministros en el Capitolio Nacional, lo que a propósito no sería exagerado anticipar que el pasado 20 de
Por: Juan Carlos Niño Niño
En la instalación del Congreso, una de las alusiones del Presidente Gustavo Petro pasó increíblemente desapercibida, y por lo tanto nadie “decodificó” su tremenda importancia y trascendencia, incluidos los “ausentes y pasivos” ministros en el Capitolio Nacional, lo que a propósito no sería exagerado anticipar que el pasado 20 de julio –Día de la Independencia- terminará por propiciar un intempestivo remezón ministerial.
En Congreso Pleno –en el neoclásico y republicano Salón Elíptico- el Primer Mandatario consideró eficaz y acertado el trámite de la agenda legislativa gubernamental –con excepción de la Reforma Laboral- lo que indudablemente daría para tres interpretaciones: por primera vez Petro reconoce nada más ni nada menos el buen trabajo de los Congresistas, que si nos remontamos a unos meses atrás, la “incompetencia” del legislativo fue el “combustible” de su dura intervención en el balcón, en donde incluso anunció la innecesaria y populista convocatoria de “salir a las calles”.
Y es que a Petro no le faltan motivos para exaltar la labor del Congreso, porque en el anterior período –con menos de tres meses- le aprobaron el Plan Nacional de Desarrollo y una significativa adición presupuestal de 16,9 billones de pesos, y como si fuera poco le dieron primer debate a la reforma pensional y la reforma a la salud, lo que para el Mandatario fue más que suficiente en este primer año de Gobierno, lo que en segunda medida se interpretaría como un mensaje “estimulante” del Ejecutivo para continuar con esa labor congresional, incluso dando puntadas en concertar con la bancadas un nuevo proyecto de ley de Reforma Laboral.
La tercera interpretación de este reconocimiento presidencial, fue la intención de propiciar una elección de cercanas mesas directivas del Congreso, incluso teniendo el “detalle” de quedarse “más tiempo” en la instalación, para escuchar las intervenciones de la oposición –siendo ésta la primera vez que lo hace un Presidente- dejando iniciada la partida de ajedrez para la elección, cuando se estaba a escasos minutos de abrirse el registro en las Plenarias de la Cámara y Senado, pero que infortunadamente para el “conciliador” Mandatario, no supieron ni interpretar ni aprovechar a tiempo sus “ausentes y pasivos” Ministros, al no lograr detener la creciente inconformidad de los Senadores, quienes eligieron como Presidente del Congreso a Iván Name –una voz “verde” escéptica al Gobierno- descartando entonces a las cartas gubernamentales Inti Asprilla y Angélica Lozano.
El bajo perfil de los ministros en la instalación, a la hora de la verdad no fue una sorpresa, porque era claro que no aprovecharon el receso legislativo para concertar –incluida la oposición- el segundo debate de las reformas pensional y a la salud, como tampoco un acuerdo en la reforma laboral, muchísimo menos trabajando –desde el final de las sesiones extras- en concertar no solo la elección de los presidente de Cámara y Senado, sino en consecuencia un mapa claro y específico para sacar adelante la agenda gubernamental –incluida la entrante reforma a la educación- lo que dio al traste con el bien intencionado mensaje de reconciliación de Petro al Congreso, y con esto la continuidad de la aguda polarización política que actualmente afecta a nuestra Nación.
Esta ineficiencia se refleja claramente en la actitud del ministro del Interior Luis Fernando Velazco, quien en la Plenaria del Senado –como también en los pasillos del Capitolio- lucía con un innegable desgate físico y emocional, sin poder ocultar cansancio, desmotivación y escepticismo en su expresión, cuando la interacción con el Congreso exige “entrega total”, pasión por la concertación política, la fortaleza de un alto funcionario y la frialdad de un estadista –tan lejano de su vasta experiencia como Congresista- y que se agravó aún más cuando una cámara captó su apresurada, irrespetuosa y casi disimulada “huida” –como mal perdedor- del recinto del Senado, una vez se dio la mencionada elección como Presidente del Senador Iván Name, lo que sin duda distancia aún más al Gobierno con el Congreso.
Coletilla: En un acto sin precedentes en esta instalación del Congreso, se convirtió la radicación de un proyecto de acto legislativo, que le da “rango constitucional a la “Mesada 14”, para la asignación de retiro y pensión de los miembros la Fuerza Pública, que tiene como autor al Senador José Vicente Carreño, y que fue firmada además por más de sesenta Congresistas de absolutamente todas las bancadas, incluidos partidos de gobierno, independientes y oposición, lo que anticipa un consenso en el trámite y aprobación de tan importante iniciativa.
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