LO QUE SE QUEDA PARA SIEMPRE EN EL CORAZÓN

LO QUE SE QUEDA PARA SIEMPRE EN EL CORAZÓN

“El problema con el aprendizaje de ser padres es que los hijos son los maestros” Robert Braul. Por: Nelsfomo Nadie quiere vivir solo, porque le da miedo encontrarse con sus propios temores, es por eso que muchos huyéndole a lo soledad de la vejez deciden tener hijos, sólo que se les olvida un pequeño detalle.

“El problema con el aprendizaje de ser padres es que los hijos son los maestros” Robert Braul.

Por: Nelsfomo

Nadie quiere vivir solo, porque le da miedo encontrarse con sus propios temores, es por eso que muchos huyéndole a lo soledad de la vejez deciden tener hijos, sólo que se les olvida un pequeño detalle. Así como ellos alzaron el vuelo de su casa he hicieron su propia vida sus hijos también lo harán. No siempre los hijos van a permanecer el resto de sus vidas viviendo con sus padres, quizás algunos lo hagan, pero la gran mayoría tiende a emprender nuevos caminos y lanzarse a crear su propio modo de vida, porque los hijos no son propiedad de nadie.

Otros hijos vienen a este mundo por diferentes motivos o circunstancias, quizás producto de un embarazo no deseado o algo peor, una violación.  Es ahí cuando no solo se destruye la vida de la mujer sino también la del bebé, quien nacerá y crecerá con grandes problemas emocionales y hasta trastornos psicológicos. Otros nacen dentro de mucha pobreza y a pesar del gran amor que sus madres tienen por ellos se ven en la obligación de darlos en adopción para no recurrir a los que muy pocas se atreven hacer, abortar o dejarlos abandonados en botaderos de basura como si fuera una cosa, que cuando no sirve se bota.

Son miles las razones del porque la población sigue en aumento, algunos de esos habitantes son planeados, deseados y esperados, otros son simplemente “un golazo” producto de los infortunios de la vida o embarazos en adolescentes. Es ahí cuando las niñas pasan de jugar con muñecas a cuidar un bebe de verdad, una niña criando niños, una dura realidad ante los ojos de la sociedad. Por ahí dice un refrán popular que, “todo niño llega con un pan debajo del brazo” pero a veces ese pan no es suficiente cuando se tienen muchas bocas por alimentar y la economía disminuye. Tener un hijo es una responsabilidad muy grande, porque no solo se trata de alimentarlo sino también de educarlo, y quizás la parte más compleja de ser padres, ser un ejemplo para ellos, porque ellos son su copia, todo lo que usted haga él lo va a repetir.

Resultado de esto es que hay más niños inconformes y más adultos infelices. Cuando no hay criterio para la crianza de una manera consistente, lógica y estable, aumenta la posibilidad de que los hijos muestren comportamientos rebeldes, caprichosos, autoritarios, es ahí cuando ese vínculo de afecto entre padres e hijos se termina quebrantando. Ante estas circunstancias el niño entra en una situación compleja, ama y odia al mismo tiempo. El corazón de un niño es muy susceptible, y si se hiere de manera constante, con el tiempo se convertirá en alguien insensible y eso es precisamente lo que no queremos. El trato que le dan los padres a sus hijos es algo que marca de manera profunda el accionar de un niño, ya que forja esa misma actitud con sus futuras relaciones en pareja.

Una de las partes más importantes de nuestra vida es la infancia. Es allí donde se construyen los cimientos de una mente saludable y de un corazón limpio. Los hijos jamás olvidan el maltrato como tampoco el amor que les brindaron. A veces se toma el camino errado del maltrato como una manera de educar, estas actitudes de los padres dejan una huella para siempre, a veces positiva, a veces negativa, pero la mayoría de las veces profunda.  Para evitar todo este tipo de maltrato en los niños, los gobiernos de todo el mundo han creado instituciones para proteger la integridad infantil.

Bajo esta premisa en Colombia, el 30 de diciembre de 1968, en la presidencia de Carlos Lleras Restrepo nació con el nombre de “Ley Cecilia” (en honor a Cecilia de la Fuente de Lleras, esposa del mandatario) el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) entidad que se ha enfocado en la prevención y protección integral de la primera infancia, la niñez, la adolescencia y el bienestar de las familias colombianas.   Ahora esta institución llega a más de 10 millones de colombianos, tiene 33 sedes regionales y 213 centros de zonas en todo el país. Han sido muchas las familias y niños que se han visto protegidos por esta mano amiga, pero desafortunadamente no ha sido ajena a los escándalos que involucran precisamente los derechos de los niños.

Con la llegada a la dirección de Cristina Plazas, en su discurso se comprometió a purgar esa institución de la corrupción, fue así como se empezaron a destapar varias ollas podridas que era un secreto a voces desde hace años.  Salieron a la luz múltiples casos de desvíos de recursos en las regiones y trampas a la población más vulnerable. Con la plata de la alimentación y el cuidado de millones de niños colombianos muchas organizaciones hacen su agosto desviándolos y empleándolos mal. Los problemas del ICBF no son cualquier cosa. Los niños que murieron de hambre en la Guajira, la cantidad de alimentos que se cobraban y se perdían, la abrumadora cantidad de menores sin apoyo ni cuidados.

En una entrevista a Blue radio, Plazas dijo “no puedo decir que acabé con toda la corrupción en el ICBF porque llevaban saqueando esta entidad muchos años, pero si hicimos cambios estructurales que nos permitieron mejorar. Todavía hay empresas criminales que se crearon con el fin de robarles recursos a los niños, por eso debemos seguir diciendo no a las cuotas políticas” bajo la dirección de Plazas, se logró judicializar a 60 operadores que, amparados por redes de corrupción, robaban de manera constante los recursos del instituto. Lamentablemente, cada cambio de director desencadena una nueva fuga dinero y corrupción ya que son muy pocos que no entran a ese asqueroso juego. El 13 de abril del 2018 se desató en Yopal un escándalo que se podría tratar de un negocio dentro del ICBF para vender menores a familias del extranjero, estas mismas acusaciones han sonado en diferentes departamentos.

Si las adopciones se hacen dentro de los términos legales, los únicos que se van a ver beneficiados son los niños que carecen de amor y están buscando padres, ya sea tanto nacionales como extranjeros. Pero muchos se quejan de la tramitología, que es un proceso largo y complejo, pareciera que el instituto le conviene quedarse con los niños que darlos en adopción. No todas las personas pueden adoptar ya que tienen que pasar un extenso filtro que hace el instituto, y tampoco pueden adoptar personas solteras, es necesario estar casado y soportar una excelente solvencia económica. Debe ser terrible estar buscando familia para la adopción, quizás se deben sentir como en una exposición de coches en un macabro negocio donde los niños son la mercancía, con cual se identifica y se siente mejor, solo que esta vez no está exhibiendo una marca y motores de fuerza sino un humano cargado se sentimientos y emociones.

La adopción es un acto de amor puro. Muchos niños, miles son adoptados por familias buenas, que de verdad los aman y cuidan. Otros salen de su país abandonando su propia cultura y adaptándose a otras hasta convertirlas en propias. Creciendo en un hogar lleno de amor y comodidades, pero con un vacío en su corazón, ese hueco que quizás le dejó uno que otro recuerdo en su infancia, ese vacío que se quedó cuando subieron a un avión a rumbo desconocido, ese sentimiento que les dice que son de aquí pero también de allá, solo que ese allá no se sabe dónde queda. Cuando estos niños crecen y emprenden su propio destino, por lo general terminan buscando sus raíces, sus orígenes que nunca han podido olvidar. Para bien o para mal, todos vamos a querer saber quiénes fueron nuestros progenitores. Pero ahora con el mundo invadido por tecnología estamos solo a un clic para encontrar la felicidad.

Y justamente fue así como sucedió con nuestro protagonista. Esta es una historia real basada en la autobiografía del empresario indio-australiano Saroo Brierley en su libro de no ficción A Long Way Home (un largo camino a casa) publicado en el 2013. Esta vez la película recomendada es, UN CAMINO A CASA (LION), la cinta es protagonizada por Dev Patel, actor británico, hijo de inmigrantes indios (recordado por la exitosa película, Quien Quiere ser Millonario “Slumdog Millionaire”) junto a Rooney Mara (La Chica de el Dragon Tatuado) Nicole Kidman (Los otros) David Wenham (Faramir en la trilogía de El Señor de los Anillos) este film es dirigido por Garth Davis debutando como director. La película fue estrenada en el Festival Internacional de Cine de Toronto en 2016, bajo la compañía productora The Weinstein Company (propiedad de Harvey Weinstein a quien le hice un artículo en esta columna titulado, el Dios que se convirtió en monstro de Hollywood). Esta cinta fue nominada a 6 premios Oscar, incluyendo el de mejor película, pero lastimosamente no gano en ninguna categoría.

La historia comienza en 1986, cuando el pequeño Saroo, con tan solo cinco años tiene que salir junto a su hermano a rebuscarse la vida para sobrevivir junto a su humilde familia. Pero un día, se separa momentáneamente de su hermano, Saroo se queda dormido y pierde el rastro. Sin saber qué hacer y confundido se sube al primer tren que lo llevará a recorrer miles y miles de kilómetros por la india, lejos de su casa y de su familia. Saroo tendrá que aprender a vivir solo en Calcuta, donde sin poder hablar o leer el idioma, tendrá que enfrentarse a la dura realidad de estar perdido. Después de varias odiseas es puesto en manos de las autoridades, quienes al no encontrar a su familia dan por entendido que es huérfano y lo dan en adopción. Encuentra hogar en una familia australiana, y varios años después convertido en un joven empresario, Saroo no puede seguirle huyendo los recuerdos de su verdadera madre y hermanos, se apoya en la herramienta tecnológica Google Earth, para buscar a su familia biológica.

Esta es una historia maravillosa, algo triste, pero a la vez esperanzadora, Un Camino a Casa, es de esas películas que nos muestran una lucha constante por obtener leves recuerdos de un pasado que se rehúsa a desaparecer. Termina dando un mensaje valioso sobre el maltrato de los niños, y se hace más conmovedor cuando nos muestran imágenes reales de Saroo y su familia. Una dolorosa historia donde la culpa y el desasosiego acosan a nuestros personajes en una fatídica mezcla entre sus decisiones y la incertidumbre. Y por supuesto tiene la receta infalible a la que Hollywood nos tiene acostumbrados, un filme emotivo y con excelentes actuaciones.

Durante 45 minutos vemos a este niñito vagando por las calles, en un ambiente triste y gris, muy pobre y marginal, en esa atmosfera tan única de la india. A medida que la película transcurre Saroo aprende a sobrevivir con nada, buscando incansablemente a su mamá y hermano. Todo este tiempo prácticamente transcurre sin diálogos, algo mágico a mi parecer en el cine, logrando una narración impecable, con un ritmo intenso lo que agrega en el espectador una angustia constante. Cuando finalmente el niño logra ser adoptando, la vida para Saroo y para nosotros los espectadores se abre ante un mundo alucinante, con paisajes totalmente opuestos y playas increíbles, donde todo se ilumina literalmente al igual que la vida del pequeño. La vida para Saroo se llena de colores nuevamente. Pero la armonía no es eterna, con la llegada a la familia de un nuevo niño adoptado, las cosas cambiaran y la tranquilidad para Saroo se verá interrumpida nuevamente.

No deje de ver en Netflix esta increíble película UN CAMINO A CASA (LION) y descubra de la mano de Saroo que Papá y mamá no son aquellos que engendran, papás son aquellos que cuidan con verdadero amor y dedicación, aquellos que entienden que los hijos no necesitan regalos o colegios caros, que lo que ellos necesitan es que les dediquen tiempo. Todas las huellas que se imprimen durante la infancia nos acompañan durante el resto de nuestra vida. En cada niño nace la humanidad y es la mejor esperanza para el futuro. Así que, educa desde el amor. Y recuerde, Comparta cultura; comparta una película.

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