Por: Juan Carlos Niño Niño

La tremenda tempestad política, ocasionada por el gigoló “Nicolás” -al  revelar a la Fiscalía que habría entrado dineros ilícitos a la campaña de su padre y Presiente Gustavo Petro- no solo pone en riesgo la credibilidad y legitimidad del Gobierno Nacional, sino que además va a afectar el trámite de las reformas gubernamentales en el Congreso, y si se va más allá podemos decir que éstas se van a cotizar aún más, o en otras palabras se va a triplicar el costo de cada una para su discusión y aprobación.

Y no es para menos. Si la discusión de estas reformas ha suscitado una aguda discusión -no tanto por el contenido de las mismas, sino por la oportunidad de adquirir espacios de poder- la crisis política se convierte en otro poderoso “pero” para que las bancadas -con excepción de la oposición y los independientes- hagan aún más complicada su aprobación, presionando a Petro para “cogobernar” con éstas -no solo el articulado de las reformas- que le podrá generar en últimas una costosa factura las andanzas del gigoló “Nicolás”-Petro aclara que nunca le ha pedido delinquir a ningún hijo- incluida la entrega de Ministerios para poder “conjurar” la mencionada crisis.

En casi treinta años como asesor del Congreso, nunca he presenciado el fracaso gubernamental en sus reformas, lo que si he visto es un camino lleno de flores o de espinas para su discusión y aprobación, para que como por arte de magia -contra todo pronóstico- terminen por darles el lento y difícil SÍ, y quien ponga en duda lo afirmado por este Columnista, tan solo revise el llamado la semana pasada de Petro al Congreso con el fin de llegar a un acuerdo nacional, lo que es ni más ni menos que abrir la puertas de la Casa de Nariño, para que entonces ponga sus condiciones el Legislativo.

Una revisión al estado de la agenda gubernamental, se encuentra que Plenaria de Cámara aún no pone en el orden del día la continuación de la discusión de la Reforma a la Salud, como tampoco se conoce la ponencia para segundo debate de la Reforma Pensional en el Senado, y nadie sabe a ciencia a cierta sobre la radicación del proyecto de ley de educación -se conoció un borrador- y en qué momento el Gobierno lo vuelve a intentar con un nuevo proyecto de ley de Reforma Laboral, o si va a esperar que se calmen las aguas por las conocidas travesuras del gigoló “Nicolás”.

Este desolador panorama complica aún más el trámite legislativo, agravado por la precaria relación de Gobierno-Congreso, que se confirmó cuando se eligió como Presidente del Congreso a Iván Name -no al candidato de Petro- aunque Name ha demostrado seriedad, compromiso y grandeza para discutir con mente abierta la agenda gubernamental, pero frente a un deslucido y apático ministro del Interior Luis Fernando Velasco, hasta tal punto que Petro decidió hablar el “asunto” directa y personalmente con Name, seguramente por el incómodo momento cuando Velasco sale de manera apresurada y casi a escondidas del recinto del Senado, porque no logró que la Senadora Angélica Lozano fuera elegida como Presidente, quien entre otras cosas ha expresado su preocupación por las revelaciones del gigoló “Nicolás”.

Amanecerá y veremos.

Coletilla: Este escándalo de la semana pasada, opacó un importante proyecto de ley que aprobó la Plenaria de Senado, que reconoce como sujetos de especial protección constitucional a personas que padecen cáncer, acogiendo una proposición del Senador José Vicente Carreño, para que Alcaldías y Gobernaciones celebren convenios con el Instituto Nacional de Cancerología (INC) y demás centro de investigación científica, con el fin de avanzar -en el ámbito territorial- con más celeridad y eficacia en la lucha contra esta penosa enfermedad. Pasa a Comisión VII de Cámara.