Quedó bien encartado. Audio https://www.youtube.com/watch?v=fAfQ2CfiJ5M Tal como lo advertimos en estas crónicas el pasado viernes, cualquiera que fuese el resultado de las elecciones del domingo en Venezuela, el gran perdedor iba a ser Petro. Si Maduro perdía, el idealista mundo de los leninistas postchavianos se derrumbaría y todos los vínculos creados y mantenidos por Petro alrededor
Quedó bien encartado.
Audio https://www.youtube.com/watch?v=fAfQ2CfiJ5M
Tal como lo advertimos en estas crónicas el pasado viernes, cualquiera que fuese el resultado de las elecciones del domingo en Venezuela, el gran perdedor iba a ser Petro.
Si Maduro perdía, el idealista mundo de los leninistas postchavianos se derrumbaría y todos los vínculos creados y mantenidos por Petro alrededor de Maduro se vendrían abajo.
Pero pasó lo peor que podía sucederle al presidente Petro: que Maduro y sus generales realizaran un chocorazo de la magnitud del que han pretendido embutirle no solo a los venecos sino al mundo entero y salieran a afirmar que el ganador invencible era el actual presidente venezolano.
Ha sido de tal dignidad y envergadura la protesta unánime de los presidentes de América y de los líderes del mundo, con excepción del ogro de Putin o el emperador de China, que el silencio de Petro ante el atropello electoral decretado desde el palacio de Miraflores, lo tiene más encartado aun de lo que estaría si Maduro hubiese sido derrotado.
Si Petro sigue callado y no enarbola la bandera de la lógica universal, es muy probable que quede aislado y sea clasificado como lo que siempre evitó ser en su batalla por convertirse en el líder de la izquierda latinoamericana.
Las absurdas medidas de los chavistas impidiendo el ingreso como testigos electorales de expresidentes de varios países. El vacío obligante que le hicieran los gobiernos progresistas de Europa. Todo se acumula sobre el silencio de Petro hasta el punto que las declaraciones tibias del ministro Cristo y del canciller Murillo para salvarlo de la encartada, resultan muy cercanas a la ridiculez.
Venezuela está que arde. Apoyar a Maduro sería un acto de lealtad mamerta pero también suicidarse políticamente a futuro.
Y como va siendo tarde para salir a condenar enérgicamente el fraude electoral Petro huye del repudio nacional e internacional donde su silencio lo va metiendo. Quedó bien encartado.
Gustavo Álvarez Gardeazábal
El Porce julio 30 del 2024
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