Los científicos modernos prometen muy poco; saben que los metales no se pueden transmutar, y que el elixir de la vida es una ilusión. Por: Nelsfomo Cuando un evento trastorna al ser humano lo lleva a mostrar su frivolidad y miseria, muchas veces este dolor es ocasionado por la muerte de un ser querido al
Los científicos modernos prometen muy poco; saben que los metales no se pueden transmutar, y que el elixir de la vida es una ilusión.
Por: Nelsfomo
Cuando un evento trastorna al ser humano lo lleva a mostrar su frivolidad y miseria, muchas veces este dolor es ocasionado por la muerte de un ser querido al que nos rehusamos dejarlo partir y continuar por el camino natural de la vida. Es así como muchos siguen buscando la manera de derrotar la muerte, desde experimentos científicos en sueños y hasta en sus peores pesadillas. ¿A quién no le gustaría tener siempre a sus seres amados? Desde el mismo instante en que nacemos, sabemos que vamos a morir, pero nos rehusamos a aceptarlo; así de orgullosos somos los humanos. Hasta ahora la ciencia ficción ha sido la única que ha podido derrotar la muerte. Para mí es un honor presentarle a la creadora de una de las novelas de terror más aclamadas de la literatura universal.
Mary Wollstonecraft Godwin, mejor conocida como Mary Shelley, nació en Londres el 30 de agosto de 1797. Hija de la filósofa feminista Mary Wollstonecraft y del poeta y filósofo William Godwin. Fue una de las figuras más importantes de la literatura moderna inglesa, pues se destacó como narradora, dramaturga, ensayista y biógrafa. Es reconocida sobre todo por ser la autora de la novela gótica Frankenstein o el Moderno Prometeo (1818), considerada la primera obra de ciencia ficción de la historia.
Su madre falleció de una infección posparto 10 días después de darla a luz, por lo que ella siempre se sintió culpable por su muerte. Godwin recibió una educación avanzada para una niña de su época, basada en la literatura. Su padre la alentó a escribir empezando con cartas, y su ocupación favorita de niña era componer historias. Además, le inculco las teorías políticas liberales y la instruyó en muy diversas materias, ya que tenía acceso a su biblioteca; donde leyó los escritos autobiográficos y los libros de su madre, lo que incrementó la veneración que sentía por su memoria.
Su padre Godwin, viéndose acorralado por las deudas y sintiendo que no podría criar a sus hijas solo, se casó con su vecina que ya tenía 2 hijos, cuando Mary tenía tres años. El matrimonio fue exitoso, pero Mary llegó a detestar a su madrastra ya que era una mujer temperamental y conflictiva, a los quince años su padre la describió como una chica “singularmente valiente, un tanto impetuosa y de mente abierta. Sus ansias de conocimiento son enormes, y su perseverancia en todo lo que hace es casi invencible”
En junio de 1812, debido a los problemas que Mary tenía con su madrastra, su padre la envió a vivir unos meses con la familia de William Baxter, ubicada en Escocia, vivió en compañía de sus cuatro hijas durante diez meses. Fue allí donde conoció al filósofo y poeta radical Percy Bysshe Shelley. En la introducción de Frankenstein, de 1831, ella escribió: “Imaginé este libro allí. Fue bajo los árboles que rodean la casa, o en las desiertas laderas de las montañas cercanas, donde tuvieron lugar mis primeras ideas genuinas y los primeros vuelos de mi imaginación”
Al regresar a Inglaterra Mary y Percy comenzaron a encontrarse secretamente en la tumba de la madre de Mary, donde encontraba su refugio de paz; se enamoraron cuando ella tenía dieciséis años y él veintidós. Percy ya estaba casado, pero para ella esto no fue transcendental ya que creía en el amor libre, y era más importante lo que su corazón sentía que lo que dijera la gente. Sin contar con el apoyo de su padre, quien se rehusó a aprobar la relación y trató de frustrarla para salvar la “reputación impecable” de su hija. Este fue un fuerte golpe para ella, pero no renunció al amor de Percy ya que lo veía como la personificación de las ideas reformistas y liberales de sus padres durante la década de 1790, donde su padre decía que el matrimonio era un monopolio represivo.
En 1814 los dos, junto con la hermanastra de Mary, Claire Clairmont, se escaparon y vivieron en Francia y viajaron por Europa; a su regreso a Inglaterra, Mary estaba embarazada. Las ideas políticas de Percy influenciadas por la obra de Godwin (padre de Mary) Justicia Política (1793), lo había alejado de su rica familia aristocrática: A partir de entonces, Percy tuvo dificultades para tener acceso al dinero. Durante los siguientes dos años ella y Percy se enfrentaron a la relegación social, a las deudas y a la desgracia del fallecimiento de su hija, nacida prematuramente.
En 1816, la pareja pasó un verano cerca de Ginebra, Suiza con George Gordon Byron, (conocido como Lord Byron, poeta del movimiento del romanticismo británico, considerado como antecedente de la figura del poeta maldito, debido a su talento poético y su personalidad, fue una celebridad de su época), y John William Polidori (fue el médico personal de Lord Byron y escritor inglés que con su relato El Vampiro creó el prototipo del Vampiro romántico) Pasaron el tiempo escribiendo, navegando en el lago y conversando hasta altas horas de la noche. Las conversaciones se basaban en los experimentos del filósofo del siglo XVIII Erasmus Darwin, del que se decía que había animado materia muerta, y de la posibilidad de devolverle la vida a un cadáver o a distintas partes del cuerpo. Sentados alrededor de una fogata el grupo también se entretenía leyendo historias alemanas de fantasmas. Esto llevó un día a Byron a sugerir que cada uno escribiese su propia historia de terror.
Poco después, durante un sueño, Mary concibió la idea de Frankenstein: Vi, con los ojos cerrados, pero con una nítida imagen mental, al pálido estudiante de artes impías, de rodillas junto al objeto que había armado. Vi al horrible fantasma de un hombre extendido y que luego, tras la obra de algún motor poderoso, éste cobraba vida, y se ponía de pie con un movimiento tenso y poco natural. Debía ser terrible; dado que sería inmensamente espantoso el efecto de cualquier esfuerzo humano para simular el extraordinario mecanismo del Creador del mundo.
A principios del verano de 1817, Mary Shelley terminó Frankenstein, obra que fue publicada anónimamente en enero de 1818. Las editoriales no le querían publicar por ser mujer y además por tener tan solo 18 años, ella los enfrento diciendo: “soy adulta para tener hijos, para verlos morir, para estar casada pero no para escribir”. Solo aceptaron publicar la obra si Percy escribía el prólogo. Los críticos y lectores asumieron que Percy Shelley era el autor, ya que el libro tenía su prólogo y dedicado a su héroe político William Godwin.
Frankenstein, como casi todas las novelas góticas de su período, mezcla una temática visceral y marginal, especulativa y que presenta ideas sin precedentes. En lugar de focalizarse en los giros y cambios del argumento, la novela resalta las luchas mentales y morales del protagonista. Víctor Frankenstein es como Satanás en El paraíso perdido y como Prometeo: se rebela contra la tradición, crea vida y modela su propio destino. “su impecable ambición es un engaño a sí mismo, disfrazada como la búsqueda de la verdad” Frankenstein debe abandonar a su familia para cumplir su ambición.
Se cree que la pérdida que sufrió Mary de sus hijos fue una influencia crucial en la creación de Frankenstein. Donde narra la historia de un científico llamado Víctor Frankenstein que durante un experimento crea a un ser con partes de diferentes cadáveres. Llevándolo a mostrar su condición humana, su frivolidad y miseria. La novela es un “mito del nacimiento” en la cual Shelley aborda temáticas como su culpabilidad por haber causado la muerte de su madre y por haber fallado como madre ella misma. En la historia muestra “qué le sucede a un hombre cuando trata de tener un bebé sin una mujer (Frankenstein) está profundamente a favor de la naturaleza y opuesto a los métodos anormales de producción y reproducción”.
La obra de Shelley se caracteriza por las autorreferencias y por la narrativa feminista convencional. Se centran en el papel de la familia en la sociedad y el rol de la mujer dentro de esa familia y sugiere que la sociedad civil no funcionaría bien sin ellas. En Frankenstein muestra su faceta artística: “puede expresarse y pasar desapercibida al mismo tiempo”. El doctor Frankenstein, “oculta fantasías de igualdad que ocasionalmente explotan en imágenes monstruosas de cólera” y que es castigado por su egocentrismo perdiendo a todos sus seres queridos.
En su novela Lodore, allí su protagonista es asesinado en un duelo al final de la primera parte, dejando un camino de obstáculos legales y financieros que las “heroínas” deben superar. La novela está basada en temáticas políticas e ideológicas, particularmente la educación y el rol social de las mujeres. Analiza la cultura patriarcal que separa a los sexos y que posiciona a las mujeres bajo la dependencia de los hombres. “la novela propone sistemas educativos igualitarios para el hombre y la mujer, que generarían justicia social además de beneficios espirituales e intelectuales para enfrentar los desafíos que la vida trae siempre”.
Al introducir mujeres en cierto tipo de relatos, cosa que no había sido hecha nunca antes, Shelley cuestiona las instituciones políticas y teológicas establecidas. Describe al protagonista masculino como compulsivo y sediento de sangre, en contraste con la alternativa femenina, representando la razón y la sensibilidad. En Perkin Warbeck, la otra novela histórica de Shelley, Lady Gordon demuestra los valores de la amistad, la sencillez y la igualdad. A través de ella, Shelley ofrece una alternativa femenina al poder político masculino, que destruye a los personajes. Cambia la narrativa histórica acostumbrada donde el hombre era el único protagonista he introduce a las heroínas.
Los Shelley abandonaron Gran Bretaña en 1818 y se mudaron a Italia, donde su segundo y su tercer hijo murieron. Estas pérdidas la sumergieron en una profunda depresión y por un tiempo solo encontró consuelo en la escritura. En 1819 nació su cuarto hijo, Percy Florence el único que sobrevivió y que reconfortó su espíritu. En 1822, su esposo Percy Shelley se ahogó al hundirse su velero, durante una tormenta en la Bahía de La Spezia. Un año después, Mary regresó a Inglaterra y desde entonces en adelante se dedicó a la educación de su hijo y a su carrera como escritora profesional y a inmortalizar la obra de su esposo.
Desde 1839, comenzó a sufrir dolores de cabeza y ataques de parálisis en distintas partes del cuerpo, que a menudo le impedían leer o escribir. El 1 de febrero de 1851, en Chester Square, falleció, a los cincuenta y tres años de edad, producto de un tumor cerebral. La familia encontró en su escritorio trozos de cabello de sus hijos perdidos, un cuaderno que había compartido con su esposo y una copia del poema titulado Adonaïs, junto con una página envuelta en seda, la cual contenía algunas de sus cenizas y los restos de su corazón.
Desde su primera adaptación teatral de Frankenstein en 1823, su escalofriante novela sigue siendo ampliamente leída, ha inspirado novelas y varias adaptaciones de obras de teatro, cómics, series y películas. Las más famosas versiones en el cine son: Frankenstein (1931, Dir. James Whale), La novia de Frankenstein (1935, Dir James Whale), La maldición de Frankenstein (1957, Dir. Terence Fisher), El jovencito Frankenstein (1974, Dir. Mel Brooks), Frankenstein de Mary Shelley (1994, Dir. Kenneth Branagh, con Robert De Niro como protagonista), Frankenweenie (2012, Dir. Tim Burton). Quizás, estas adaptaciones ha sido el primer contacto para muchas audiencias con la obra de Shelley.
Los eruditos han mostrado un interés creciente en su producción literaria, particularmente en sus novelas, como las novelas históricas Valperga (1823) y Perkin Warbeck (1830), la novela apocalíptica El último hombre (1826) y sus dos últimas novelas, Lodore (1835) y Falkner (1837). Ya que hasta 1945, no se le había dado la importancia como escritora, sino que era recordada por haber sido esposa de Percy Shelley.
Esta forma de verla continuó hasta 1980, cuando los historiadores empezaron a verla como la brillante escritora profesional que en realidad era; la mayor parte de sus obras han permanecido fuera de la imprenta hasta los últimos treinta años, impidiéndose así un conocimiento más profundo de sus logros. La reedición de casi todas sus obras estimuló un reconocimiento mayor de su valor. Sus hábitos de lectura y estudios intensivos revelados en sus diarios y cartas son actualmente mejor apreciados. Los historiadores consideran a Mary Shelley como una de las principales figuras del romanticismo, autora significativa por sus logros literarios y por su importancia política como mujer y militante liberal. Describió sus ambiciones como autora: “Creo que puedo mantenerme a mí misma, y hay algo inspirador en la idea”.
Si quiere saber más sobre esta brillante mujer, les recomiendo ver en Netflix la película Mary Shelley, es una excelente biografía sobre esta escritora y los ayuda a entender mejor la difícil época en la que esta mujer vivió. Para quien no se ha leído el libro la invitación está abierta para que lo hagan y dejen volar su imaginación. Y recuerde, Comparte cultura; comparte una película.
2 Comments
williamserrano2
3 mayo, 2020, 9:48 pmMuy buen artículo y aunque quien lo escribe utiliza su nombre artístico, manifiesta su erudición.
REPLYNohora Fonseca
3 mayo, 2020, 10:49 pmExcelente articuculo, desede siempre la mujer ha sido protagonista a pesar de lo mancillada que ha sido por el género masculino a través de la historia.
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