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Fue tan duro el garrotazo que les pegó la Contraloría General a los actores del cada vez más discutible, y cada vez más costoso, proyecto de Hidroituango, que solo este fin de semana los intocables vinieron a reaccionar.

El grito en el cielo se había demorado probablemente porque la determinación sancionatoria tocó a Sergio Fajardo, el gran armador durante años del tinglado EPM/Empresa Privada. Quizás porque necesitaban madurar la respuesta para que ella no fuera tenida como una actitud política de defensa del otra vez candidato presidencial puesto que fue alcalde y gobernador durante los años que se ajustaron las cargas de Hidroituango. O, de pronto, porque en Antioquia ha existido la tendencia a cerrar filas para proteger con férrea y exitosa unidad a quienes por pertenecer a su plana mayor han llegado a equivocarse.

En fin, por cualquier causa anterior, solo ahora están magnificando los efectos de ese fallo fiscal de la Contraloría en una actitud que contrasta con el silencio que esa misma dirigencia tuvo cuando el también exalcalde y exgobernador Luis Pérez, analizó en su momento y en sendos libros los errores constructivos de Hidroituango.

Para esa plana mayor, como para muchísimos antioqueños, lo de Hidroituango o fue una falla inatajable del destino o una equivocación que por sus magnitudes debe olvidarse, hacerle borrón y cuenta nueva y reparando o remendando intentar salvarla. La vida les ha enseñado a los colombianos, y a los antioqueños sí que más, que no importando los elevados costos de las equivocaciones ha sido mejor tener funcionando a Reficar y al Metro de Medellín, así no hayamos terminado de pagarlos con nuestros impuestos y los responsables de los errores gocen de la gloria del olvido.

La erupción de protestas de esta semana, que encabeza la Sociedad de Ingenieros de Antioquia, proviene porque han medido no solo que los 26 personajes declarados responsables hacen parte de esa plana mayor sino porque apenas ahora atisban las consecuencias jurídicas de este fallo y la necesidad imperiosa a que se van a ver abocados de tener que cambiar de contratistas en Hidroituango en el momento en  que, con las platas de los seguros,  estaban cogiendo vuelo para reparar los daños ocasionados y habían dizque conseguido la intocabilidad para el proyecto hidroeléctrico,  insistiendo con la  terquedad que heredaron de Monseñor Builes, que Hidroituango es Antioquia y Antioquia no se va a dejar joder más.

Gustavo Álvarez Gardeazábal

El Porce, septiembre 20 2021