Audio: https://www.spreaker.com/user/8676384/2021-09-07-06-18-22-computer-record Hace unos días decía en este mismo espacio que la candidatura de Alejandro Gaviria sacaba a Fajardo en la primera curva. En ese momento solo sabíamos del proceso abierto por la Fiscalía ante la Corte por el cambio de pesos a dólares de un préstamo del municipio cuando fue alcalde. Desde ayer sabemos
Audio: https://www.spreaker.com/user/8676384/2021-09-07-06-18-22-computer-record
Hace unos días decía en este mismo espacio que la candidatura de Alejandro Gaviria sacaba a Fajardo en la primera curva. En ese momento solo sabíamos del proceso abierto por la Fiscalía ante la Corte por el cambio de pesos a dólares de un préstamo del municipio cuando fue alcalde.
Desde ayer sabemos que fue declarado en primera instancia responsable fiscal por el desarrollo de la investigación sobre Hidroituango. Para quienes tenían esperanza que de aquí a diciembre podría demostrar su inocencia, la ven ahora muy difícil tanto por el ritmo paquidérmico de la justicia como por la velocidad que entre octubre y marzo toma el debate electoral en Colombia. Más aún cuando la casi permanente dubitación política e ideológica en que se ha mantenido Fajardo por años, sin concretar nada, lo vio envejecer como candidato y perder terreno en la misma medida en que no pudo consolidar ningún movimiento o partido político.
Por supuesto el hecho de que junto con él hubiesen quedado condenados fiscalmente gentes tan cercanas a sus riñones como el actual rector de la Universidad de Medellín, Federico Restrepo o del exalcalde Alonso Salazar, que fue antaño casi como su carnal, pone a pensar que el remolino se está tragando exactamente a quienes podían defenderlo. Y si se mira que casi todas las empresas sancionadas fiscalmente por el lio de Hidroituango son las mismas con las cuales contrató como alcalde y gobernador, cualquier observador por torpe que sea podrá concluir que de este golpe (que él llamó ayer mismo baldado de agua fría), ya no se levanta.
Es probable que la historia lo juzgue debidamente no bajo la pasión de quienes no recibieron beneficios de su mano o de sus gestiones sino bajo la mirada bondadosa de haber sido un gobernante popular y haber gozado del privilegio de ser acogido por los medios bogotanos, en donde coincidencialmente el poderío de EPM y de esas empresas antioqueñas pautaban en proporción mayúscula.
Nadie aprende en el pellejo ajeno pero los gobernantes que parapetean su imagen a futuro en el exceso publicitario y en la bondad casquivana de los ahora agonizantes medios escritos, radiales y televisivos deberían hacer un alto en el camino y mirar en el ejemplo de Fajardo como es que pueden terminar todas esas vanidades.
Gustavo Álvarez Gardeazábal
El Porce, septiembre 7 del 2021
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