Ya se han dado los primeros anuncios por parte de la Secretaria de Agricultura del departamento en Casanare María Helena Díaz, que buscan fortalecer a los productores del campo en medio de esta crisis que ha generado el Covid19.

Por: Iván Vargas

Incentivo a la capitalización rural ICR para promover el crédito a bajas tasas de interés y entregar subsidios con recursos del Departamento, en aras de que el campesino se fortalezca en su capacidad de producción, así mismo se ha iniciado un fuerte control a los precios de los insumos agropecuarios para evitar la especulación y garantizarles una productividad a bajos costos.

Y es que con las medidas que ha implementado el país para reducir el contagio de Coronavirus, muy posiblemente son nuestros campesinos los que nos van a garantizar el abastecimiento de los productos básicos de la canasta familiar. Con todo esto de la globalización y las políticas neoliberales que han venido rigiendo la macro y micro economía, eran ellos precisamente los más duramente afectados a través de los diferentes TLC’s que permiten la importación de productos a gran escala y de manera industrial, sin tener en cuenta que el sector campesino Colombiano era poco competitivo y carecía de las tecnologías y logística para enfrentar el ingreso de los mercados internacionales, en resumidas cuentas, siendo Colombia un país rural, nuestros campesinos estaban siendo arrasados al no tener el musculo, ni la infraestructura para competir con los grandes monopolios en el mundo, que atascaban el mercado nacional con productos que nuestros campesinos también producían, pero que carecían de la capacidad de comercializarlos en el mercado interno, menos aún, en el mercado internacional.

Sin embargo, la cuarentena para prevenir la propagación del Covid19 ha traído consigo cierre en los grandes mercados, desabastecimiento en lo local y muchas otras aristas que le están abriendo una importante ventana al productor local: A la familia que tiene su galpón de gallinas ponedoras en la finca, a los que cultivan el plátano y la yuca en las vegas de los ríos, al tradicional lechero de cantina que tiene como proveedor al ordeño de las vacas de establo; y así muchos otros productos de granjas y pequeños productores, que hasta hace un mes, veían en el mercado mayorista su principal amenaza y hoy con la crisis ven una posible oportunidad.

Esta, es la oportunidad que el campo necesitaba para volver a pujar, para volver a ser la fuente del abastecimiento popular, es el tiempo del sector campesino y debemos capitalizarlo. Pero para esto se requiere del compromiso no solo de los gobiernos regionales, como lo es el caso del departamento de Casanare, en donde ya, desde la Secretaría de Agricultura, como lo enunciamos anteriormente, se vienen adelantados estrategias para devolverle la dignidad al pequeño productor, sino que también se requiere del apoyo local de los alcaldes y el ineludible compromiso del Gobierno Nacional, quien tanto le debe al campesinado colombiano.

Por esto, como consumidores finales, debemos unirnos en una sola voz y exigirle al Gobierno Nacional que se meta en sintonía con el campo, que es el momento de invertirle al sector campesino, que extienda su vista y su mano hacia quienes hoy pueden, si no salvar la economía local en su totalidad, por lo menos darle el oxígeno que en medio de esta crisis va lograr que la economía y el desabastecimiento local se vaya al extremo de los cuidados intensivos o a la hecatombe total, desencadenando hambrunas y caos social.

Es el tiempo del campo, es el tiempo de todos clamar a una sola voz. Campesino ¡Salve Usted la Patria!