La “amable” solicitud  del primer mandatario, desconoce que esta negociación a última hora sacó de cuidados intensivos a la pensional

AGENDA GUBERNAMENTAL: SUJETA A LO ACORDADO EN EL CONGRESO

Por: Juan Carlos Niño Niño

No habían pasado 24 horas de aprobado el texto de la Reforma Pensional en la Plenaria del Senado, cuando Gustavo Petro en su alocución presidencial anunció su intención de que el umbral -lo máximo para cotizar obligatoriamente en Colpensiones- retornara en la Cámara de Representantes a los 4 salarios mínimos, aun cuando en Senado se logró una concertación histórica de 2,3 salarios, superando incluso los 1,3 que proponía la ponencia alternativa de la U. 

La “amable” solicitud  del primer mandatario, desconoce que esta negociación a última hora sacó de cuidados intensivos a la pensional –la difundida reunión de Petro y liberales en la Casa de Nariño-  porque de lo contrario estaba condenada a la “eutanasia” o muerte asistida en unas sesiones interminables y tediosas de la Plenaria, ante un Gobierno Nacional que pareciera desconocer o ignorar la complejidad del legislativo, y por la tanto la importancia de manejar con tacto, prudencia, tolerancia -si se quiere con pinzas- para sacar adelante una Reforma que elimina de alguna manera lo establecido a partir de la Constitución de 1991.

La Ley 5 de 1992 o Estatuto del Congreso permite la constante modificación en cuatro (4) debates de un proyecto de ley –ocho (8) en un proyecto de acto legislativo- o en otras palabras es el apasionante arte de legislar, en una discusión que depura con minuciosidad y sabiduría cada artículo, cada parágrafo –deteniéndose incluso en los alcances del título y la vigencia- hasta lograr esculpir con esfuerzo y paciencia las mejores iniciativas.

Pero ese “arte de legislar” requiere un condimento clave, si se quiere exquisito y delicioso –como en la cocina el comino, pimienta, tomillo y canela- como es  sin duda el condimento “político”, ese que va más allá del tecnicismo, que implica otros “subcondimentos” como el diálogo, la cordialidad, el respeto, la tolerancia, y el viejo adagio organizacional de “comprender para ser comprendido”, o en otras palabras la charla informal o la magia de acordar la cosa en el pasillo –bajo un humeante café y una galletas de vainilla- que ignora el estricto y ortodoxo régimen jurídico, pero que mencionan y subrayan los teóricos contemporáneos de las políticas públicas.

El intento de reducir el umbral pensional en la Cámara, no solo complica los dos debates restantes –como aconteció con la reforma a la salud- sino que además anticipa la negación del informe de conciliación en el Senado –unificación de los textos aprobados en cada Cámara- porque si bien la conciliación legalmente puede acoger unos artículos de Cámara y otros de Senado, no es el caso de un artículo tan polémico y central de este proyecto de ley –el umbral- y mucho menos cuando lo aprobado en senado (2,3 salarios), dista mucho de lo eventualmente aprobado en Cámara (4 salarios).

Esta modificación no solo contribuiría con la desfinanciación de los fondos privados –que se habían logrado tranquilizar con el umbral de los 2,3 salarios- sino que además acaba con la confianza recién generada entre Petro y las bancadas, terminando de paso por arruinar su ambiciosa agenda legislativa, porque –reitero- las trascendentales reformas del País no se logran con el convencimiento de tener la verdad revelada –que en la lógica del Presidente Petro justifica cualquier imposición- sino bajo el consenso de todos los sectores políticos y sociales, como efectivamente aconteció hace más de treinta (30) años con la Asamblea Nacional Constituyente, y que precisamente fue gestor la desaparecida Alianza Democrática –el nombre político que adoptó el exgrupo guerrillero M-19- al que pertenecía –como todos saben- el actual Mandatario.

No deja de ser interesante la concertación entre el Gobierno Nacional y las EPS, que tendrá como consecuencia la configuración de un nuevo proyecto de ley sobre la Reforma a la Salud –preferiblemente estatutario- porque contribuye de manera definitiva en un acuerdo nacional, pero nuevamente el Presidente Petro incurre –a manera de ver de este Columnista- en un desconocimiento del Congreso, porque el conducto regular era también convocar a los legisladores a este acuerdo con las EPS –especialmente los ponentes de la recién hundida reforma-  para que finalmente se logre radicar el 20 de julo una iniciativa legislativa mucho más consensuada, que garantice por lo menos ser aprobada sin contratiempos en el primer y segundo debate.

Coletilla: Entre los placeres de la vida está asistir a la Feria Internacional del Libro (Corferias), que ratifica a la Capital del País como la Atenas Suramericana, en donde encontré el gigantesco y exuberante pabellón de 3 mil metros cuadrados –a media luz- teniendo como invitado especial a Brasil, expuesto en la entrada una serie de fotografías con singular belleza sobre nuestra selva amazónica –incluida casi inéditas comunidades indígenas- como también innumerables libros sobre el Presidente Lula da Silva –incluido su penoso paso por la justicia- como también diversos y desconocidas  obras literarias brasileras, en donde se demuestra que la potencia suramericana no solo es su mágico fútbol más su exótica y maravillosa zamba.  

Entre esos baluartes literarios adquirí “La Araña” de Clarice Lispector” –una periodista brasilera de origen ucraniano- y “Cuentos completos 2 – Colección Andanzas” de Rubem Fonseca –abogado y guionista carioca- para dirigirme entonces al stand de la Universidad de la Sabana –mi alma máter- comprar sin dudar “La caída del Imperio Romano” de José Rodríguez Iturbe; y posteriormente visitar el stand de Alcohólicos Anónimos –una comunidad que quiero y admiro mucho- de donde me traje “Reflexiones diarias”; para después visitar el stand de Casanare, en donde sin duda se destaca de lejos las obras literarias de Ulises Niño –“El llano y la montaña” y “Los perros dejan de latir”- siendo el autor casanareño más buscado y aclamado por la crítica literaria de la Feria.

¡Felicitaciones, Ulises!