Hasta el magro balance de perder el 42% de sus ganancias. Audio: https://www.youtube.com/watch?v=5QGYVbPdzS8 Uno de los orgullos de Colombia fue desde 1946, cuando la fundaron, la Flota Mercante Grancolombiana. Durante 21 años fue una empresa mixta del estado colombiano, la Federación de Cafeteros y algunos particulares. A partir de sus inicios hasta 1968 fue expandiéndose.
Hasta el magro balance de perder el 42% de sus ganancias.
Audio: https://www.youtube.com/watch?v=5QGYVbPdzS8
Uno de los orgullos de Colombia fue desde 1946, cuando la fundaron, la Flota Mercante Grancolombiana. Durante 21 años fue una empresa mixta del estado colombiano, la Federación de Cafeteros y algunos particulares.
A partir de sus inicios hasta 1968 fue expandiéndose. En 1955 ya tenía 35 embarcaciones que iban y venían por los principales puertos del mundo y se sostenía fundamentalmente porque todo el café que se exportaba lo hacía en sus buques.
Quizás por ello o porque la Federación Nacional de Cafeteros tiene mala pava, la Flota empezó a no saber competir y así como los cafeteros no fueron capaces nunca de adquirir una tostadora en USA, tampoco fueron capaces de sostener la Flota con el solo café que exportaban.
Hasta 1971, cuando comenzaron a taparle sus vergüenzas, la Flota era orgullo para toda Colombia. Pero como la manía nacional es que lo que funciona bien hay que destruirlo, sea el gobierno de derechas oligarcas o de izquierdas ignorantes, la Flota terminó siendo un fardo para la Federación y un lejano orgullo para quienes la vimos crecer.
Es lo mismo que nos está empezando a pasar con Ecopetrol. Por esa maldita manía, que Petro parece haber heredado en aumento, de dañar lo que funciona bien, la empresa petrolera va camino de su autodestrucción. La política absurda de no dejarla cumplir su objetivo social de explorar, extraer y refinar derivados del petróleo, la está llevando a la ruina.
El informe que se presentó a la asamblea de accionistas da grima. A la desvalorización que comenzó a sufrir en la bolsa de NY desde cuando la ministra Irene tocó la diana de su secta naturalista, hasta el magro balance de perder el 42% de sus ganancias, se une al deseo ferviente de imponer el criterio de que es mejor comprarle los combustibles al gobierno izquierdista de Venezuela, que extraerlo del subsuelo colombiano el que según la secta hipernaturalista que nos gobierna no puede ser horadado porque la mama tierra se enojaría
Gustavo Álvarez Gardeazabal
El Porce, marzo 7 del 2024.
Deja un comentario
Su dirección de correo electrónico no será publicada. Campos obligatorios *