“El hombre ha hecho de la Tierra un infierno para los animales” Arthur Schopenhauer

Por: Nelsfomo

Todas aquellas formas de diversión en los humanos son tan extrañas como la misma especie. Después de largas jornadas laborales las personas necesitan tiempo libre que se dedica a actividades que no son trabajo. El tiempo recreativo se usa a discreción y estos pasatiempos se hacen por gusto y no por obligación. Hay diversos tipos de ocio, tales como alienante, consumista, recreativo o enriquecedor.  Aunque ahora las nuevas tecnologías influyen de manera drástica en las modalidades de utilización del ocio.  Pero el ser humano no conoce de límites y cada vez recurre a nuevas maneras de entretenimiento.

Empecemos por decir que el Humano es considerado como una especie de animal que pertenece a la especie de “Homo (hombre) Sapiens (sabio)”. Se caracteriza por su capacidad de raciocinio, hablar, adquirir diferentes tipos de conocimiento, concebir, transmitir y aprender conceptos.  A lo largo de los años, el hombre ha tenido la habilidad de fabricar objetos que le son útiles, y desarrollar el lenguaje tanto escrito como oral. Por lo tanto, el hombre es un ser racional.

Fue la capacidad de pensar que permitió al hombre adaptarse a diferentes condiciones, o de buscar el lugar adecuado que cuente con los recursos suficientes para satisfacer las necesidades básicas. En la filosofía para Aristóteles, el hombre es un animal que habla y por su parte Platón, indica que el hombre es un animal razonable.  No obstante, a pesar de que hombre y animal, se diferencian por la capacidad de razonamiento que posee el hombre, estos también comparten similitudes como la necesidad de satisfacer ciertas necesidades fisiológicas como comer y dormir, entre otras. Otra característica del ser humano es que es la única especie que es consiente que, en algún momento, va a morir.

El ocio en la antigua Grecia era considerado el tiempo dedicado, principalmente por filósofos a reflexionar sobre la vida, las ciencias y la política. Pero para los millonarios esa actividad paso a convertirse en la caza deportiva, y la volvieron una actividad recreativa que poco o nada tiene que ver con la antigua necesidad de supervivencia. El sinónimo de humano es bondadoso, generoso, comprensivo, tolerante y caritativo, no sólo con su especie sino con las demás, pero lamentablemente muchas veces estas características no se aplican con algunos humanos y mucho menos al trato con los animales, nos olvidamos de su sentir, su dolor, sus derechos y los tratamos como un ser inanimado, es más, los convertimos en objetivos en tiempo de ocio.  La caza denominada como actividad de placer o “deporte”, se ha transformado en un enorme negocio que, de forma legal, permite abatir a millones de animales cada año. Su vida depende de una red, una trampa o del accionar de un dedo en el gatillo.

En el año 2012, Costa Rica se convirtió en el primer país sudamericano en prohibir la caza deportiva, en el mismo año Botsuana (un país en el sur de África sin salida al mar) conocida por ser un paraíso de los aficionados a la caza, se vio obligada a prohibir la caza comercial de animales salvajes tras las presiones por la polémica cacería de elefantes del entonces rey de España, Juan Carlos I (El 14 de abril de 2012, el rey se encontraba en un safari para cazar elefantes, cuando sufrió una caída en la residencia en la que se alojaba fracturándose la cadera). Las críticas de organizaciones ecologistas y la indignación de muchos no tardaron en llegar, lo peor de todo es que era presidente de honor de la WWF una organización española que trabaja activamente para la conservación de las especies vulnerables, ese mismo año, los socios de la fundación decidieron que el Rey dejara de ser presidente de honor y además eliminaron ese cargo. 

En el 2013 Zambia acabó la caza deportiva de leones y otras especies de felinos en peligro de extinción, como los leopardos. Kenia abolió la caza mayor en 1977, y lo que resulta paradójico es que la fauna salvaje ha disminuido en más de un 70%, esto ha ocurrido porque los animales salvajes fuera de los parques no son más que una costosa molestia para los dueños de tierras empobrecidas y porque el gobierno no tiene razones para proteger a los animales que no dan dinero a nadie. La protección jurídica efectiva ha sido un desastre para la vida silvestre, tanto así que Kenia está contemplando seriamente la posibilidad de revocar esta ley y permitir la caza como modelo de conservación. Mientras que el 87% del territorio de España está declarado como de aprovechamiento de caza, y se expiden cada año alrededor de 1 millón doscientas mil licencias.

En Colombia, el 06 de febrero de 2019, la caza de fauna silvestre con fines deportivos quedó prohibida en todo el país, aunque otorgó un año de plazo para adecuarse a la decisión.  Teniendo en cuenta que hay varios clubes que viven y promueven esa actividad. Para el Ministerio esta práctica “solo deriva diversión para los cazadores, crueldad y sufrimiento para los animales”. Además, señalan que es distinta de las actividades de caza que realizan las etnias, ya que lo hacen para su subsistencia. El ex procurador Fernando Carrillo, se manifestó al considerar que “matar un animal por recreación es desconocer los progresos alcanzados en materia de protección del ecosistema e ignorar nuestro deber de proteger a los animales como seres vivos y no como objetos”. El pasado 21 de agosto de 2020, entró en vigencia la ley C-045/19 que prohíbe la caza deportiva en todo el territorio nacional.  Se prohíbe la captura de animales silvestres, ya sea dándoles muerte, mutilándolos o atrapándolos vivos, quien intente hacerlo tendrá que responder penalmente.

La triste realidad de los animales es desastrosa, y el precio es demasiado alto. El consumo de cientos de especies salvajes ha disparado una crisis global hasta el punto de la extinción, la caza ilegal para obtener carne, producir adornos, medicinas o domesticación, expone el descenso de 301 especies generando un significativo impacto ambiental. El tiempo avanza y el desastre también, hace 50 años había aproximadamente 450 mil leones salvajes en África, hoy en día tan sólo quedan 20 mil, de los cuales 5 mueren todos los días. En 1900 había aproximadamente 500 mil rinocerontes en África y Asia, actualmente, solo quedan 29 mil y continúan desapareciendo rápidamente. Entre los años 2010 y 2012, desaparecieron 100 mil elefantes debido a la misma causa.

La extinción de especies salvajes también atenta contra la seguridad alimentaria de millones de personas en Asia, África y Sudamérica. La carne de animales salvajes forma parte esencial de la alimentación mundial, por ejemplo, sólo en la amazonia brasileña, se extraen alrededor de 89 mil toneladas. La caza excesiva se asocia, sobre todo, con los países más pobres, donde los cazadores probablemente se les dificulta más alimentar a sus familias, aseguran los expertos.  Gran parte de esa carne se vende en mercados callejeros, destinados a platos exóticos muy demandados y otros son valorados por supuestas cualidades medicinales. En el mercado internacional se puede adquirir colmillo de marfil de los elefantes africanos a un precio muy alto, por ejemplo, en China el kilo cuesta dos mil dólares, también se puede comprar cuernos de rinoceronte triturados que se consumen como pócima por sus supuestas propiedades curativas, su precio es más alto que el oro, los diamantes e incluso que la cocaína.

La caza furtiva también representa una actividad lucrativa gracias a los altos precios que tienen los cuernos, el marfil, las aletas y la piel de estos animales que se consideran protegidos. El contrabando de vida silvestre es dirigido por peligrosas redes internacionales con ganancias equiparadas al tráfico de armas, de personas y de drogas. El periódico The New York Times reveló en 2004, que el tráfico de animales vivos y muertos es un negocio de 19 billones de dólares al año. Dentro de todo este movimiento de dinero se olvida algo fundamental, y es el impacto al bienestar y los altos niveles de sufrimiento que soportan los animales, al ser capturados, mutilados y sacrificados. Ante esta problemática se han creado los derechos de los animales, leyes y tratados, pero el verdadero enemigo sigue siendo la impunidad. A veces la conciencia y principios humanos son tan débiles que ante unos cuantos dólares se hacen los de la vista gorda sin importar la vida de esas indefensas criaturas las que quizás muchas veces se defendió por amor a la vida.

A pesar de lo duro e impactante que es la muerte de un animal a manos de un cazador, no es nada comparado con el miedo que experimentan las diferentes especies de animales por este motivo. Con el fin de huir de una posible muerte, el instinto de supervivencia los lleva a alejarse de su hábitat cambiando de esa forma su comportamiento, su manera de vida y hasta su reproducción, y así evitar cualquier contacto con la peor plaga que habita la tierra, el ser humano, que al parecer es el único que cree no estar en peligro de extinción. Pero lo cierto es que la naturaleza es sabia y no se queda con nada, tarde o temprano nos terminará cobrando nuestra osadía, en el mundo todas las especies están por una razón y cada una de ellas cumple una función específica y cuando el mundo se desequilibra, es entonces cuando la tragedia se aproxima. 

Para tomar conciencia al respecto y se termine enamorando por completo de los animales los invito a ver en familia la película, MÍA Y EL LEÓN BLANCO. Es un film francés del 2018. Dirigida por Gilles de Maistre, quien ha sido galardonado por 12 premios internacionales. Para esta película se basó en una investigación que estaba realizando para uno de sus documentales sobre el vínculo que tenían los niños con los animales salvajes. Conoció a un niño que vivía en una granja con sus padres criando leones para conservar la especie y venderlos a zoológicos o reservas naturales, pero luego descubrió que todo fue un engaño y criaban leones para después venderlos a cazadores con permisos, donde eran asesinados por balas de unos millonarios que practicaban la caza deportiva. Justo de esto se trata la película, así que esta historia es tan real como el mismo león que usaron para la cinta.

Para dar con el personaje apropiado de Mia, se realizó un casting de más de 300 niños surafricanos y fue así como eligieron a la joven actriz Daniah De Villiers (The Dating Game Killer) junto a hermosa Mélanie Laurent (el concierto, bastardos sin gloria) y Langley Kirkwood (Dredd, y la serie Black Sails).  La vida de Mia, una niña de 11 años se ve transformada cuando sus padres deciden trasladarse de Londres África, es allí donde desarrolla un vínculo sorprendente con un león cachorro blanco salvaje llamado Charlie. Cuando ella cumple 14 y Charlie se convierte en un hermoso león adulto, Mia descubre que lo van a vender, al saber que su fiel amigo está en peligro, es entonces cuando decide emprender un viaje a través de la sabana para salvarlo y así conseguirle un lugar donde pueda vivir en libertad.

Se eligió un león recién nacido (llamado Thor), el equipo de la película mantuvo una relación con el desde su nacimiento, a una distancia segura, pero de tal manera que se acostumbrara a las cámaras y micrófonos. El león paseaba con la actriz por el set de grabación sin problemas. También se trabajó con 3 leones, uno para dar vida al recién nacido, otro para los dos meses y por fin Thor, que interpreta a Charlie desde los 4 meses.  Daniah estuvo interactuando con el león cachorro desde los inicios del rodaje para poder encontrarse a gusto con el animal y no asustarse. La película se rodó durante 3 años, en los que la niña y león fueron creciendo como dos verdaderos amigos. La confianza entre la actriz y el león fue tan formidable y le cogió tanto cariño como el propio personaje y hoy en día lo sigue visitando. 

Si quiere ver una película con planos sin ningún tipo de efectos y de una forma natural, MIA Y EL LEÓN BLANCO es la indicada. Además de ser la primera película rodada durante 3 años con leones reales junto a actores, por lo que al verla la disfruta mientras piensa lo difícil que tuvo que ser para todo el equipo sobrellevar toda esa carga. Además, el león protagonista fue rescatado, si no fuera por la película muy probablemente habría sido vendido a cazadores y hoy estaría muerto. No deje de seguirle la pista a este hermoso peludo en Netflix y comparta junto a Mia ese amor incondicional que podemos sentir tanto por los animales como por un familiar y hacerlos formar parte de nuestras vidas. 

Así que, si usted es de los que le gusta tener mascotas exóticas, platillos particulares o pócimas milagrosas a costa de la vida de los animales, la próxima vez que vea, o lo vaya hacer tenga en cuenta lo siguiente: El ser humano es la mayor amenaza para la gran mayoría de animales, es un negocio que mueve millones de dólares, amenaza gravemente la vida de millones de especies y el equilibrio del ecosistema, el suelo empobrece su calidad, los nutrientes son más escasos, empeora la polinización con consecuencias en la producción vegetal, genera incendios, empeora la calidad del agua, puede aumentar el brote de distintas enfermedades y plagas, además, ha desaparecido un 58% de pájaros y un 83% mamíferos pequeños, la desaparición de miles de ballenas azules en el Antártico ha influido negativamente en el calentamiento global ya que estos mamíferos funcionan como fertilizadores que sintetizan el hierro favoreciendo así el mantenimiento de las temperaturas.

Cada especie desaparecida, animal o vegetal, significa un nuevo eslabón perdido de la cadena natural y de su evolución de millones de años. Pero si eso no le parece suficiente, qué pensaría si le digo que con todo esto se está poniendo en riesgo la supervivencia humana. Así que depende de nosotros formar individuos que sean respetuosos con el medio ambiente. Los animales son parte de la vida y nacen para que los humanos los cuidemos y respetemos. El llamado es para que piense globalmente y actúe localmente. Y recuerde, Comparta cultura; comparta una película.