“Que tu alimento sea tu única medicina”. Hipócrates Por: Nelsfomo Salud es sinónimo de vida, nadie sabe que la tiene hasta que la pierde, cuando estamos bien ni siquiera sabemos que es la salud, es más, abusamos de ella, siempre pensamos que nunca nos vamos a enfermar. Los humanos somos demasiado tercos, prepotentes para creer
“Que tu alimento sea tu única medicina”. Hipócrates
Por: Nelsfomo
Salud es sinónimo de vida, nadie sabe que la tiene hasta que la pierde, cuando estamos bien ni siquiera sabemos que es la salud, es más, abusamos de ella, siempre pensamos que nunca nos vamos a enfermar. Los humanos somos demasiado tercos, prepotentes para creer que nos puede pasar algo, pensamos que siempre vamos a estar bien, y así debería ser, pero para eso debemos cuidarnos, comer saludable, hacer ejercicio y nada de excesos, siendo estos últimos lo que muchas veces nos llevan a quitarnos el regalo más preciado de la vida, la salud. ¡Mi salud, mi responsabilidad!, pero no le damos importancia y cuando enfermamos la salida más rápida es culpar a los demás, los alimentos, las bebidas, objetos y hasta los médicos, que son a los que siempre recurrimos ya que son los únicos que nos pueden ayudar a recobrar nuestra vitalidad.
El coronavirus ha sacado la mejor parte de algunos, pero también la peor de otros, muchos buscan sacar provecho entre tanto río revuelto, como es el caso de algunos políticos que milagrosamente su patrimonio se ha incrementado gracias a mercados y contratos que tienen que hacer sin tanta vigilancia por la premura de que el virus no da espera, algunas empresas subieron costos de sus productos, precios elevados en la canasta familiar, etc. En estos tiempos, es cuando se debería ver el fruto de las buenas gestiones de los políticos, pero solo nos encontramos con hospitales sin terminar o sin equipos, un sistema de salud colapsado y ayudas del gobierno que solo les llega a unos pocos. Con esto no quiero decir que el gobierno nos tiene que dar todo, pero cuando hay una buena administración de hoy y de años los resultados serían otros. Que inevitablemente el virus nos iba afectar sí, pero quizás no de la manera que lo está haciendo, ni con la incertidumbre con la que se vive, el gobierno dice que se están gastando millones y millones, pero mucho de ese dinero se está quedando en los bolsillos de unos pocos, y si usted es de los que dice que no le importa, pues le debería importar, porque una vez se controle la pandemia, que no se sabe cuándo, el gobierno va a sacar nuevos impuestos, impuestos que usted y yo tendremos que pagar por algo que no nos beneficiamos y si hizo millonarios a unos a base de supuestas ayudas.
Con esta premisa es que muchas personas en Colombia creen que este negocio también llegó hasta los hospitales y por ende los más favorecidos son los médicos. Mientras que en algunos países son exaltados como héroes, se les aplaude desde balcones, les dedican murales, pancartas, frases de afecto por su loable labor, lo cual los reconforta. aquí encontramos una particular forma de agradecerles y es generando rumores que a “Ellos les están pagando por muerto” La verdad es que a muchos llevan meses sin recibir sueldo, contratos por prestación de servicios y muy pocos con vinculación laboral estable, incluso en algunos hospitales los médicos tienen que comprar sus implementos de bioseguridad y en otros casos reutilizarlos, condiciones laborales indignas, doble jornadas, tienen suerte si duermen unas horas al día y sobre sus hombros llevan una gran carga de estrés, angustia y depresión.
Los médicos que atendieron los casos de Wuhan el primer brote del virus tuvieron un alto riesgo de desarrollar problemas de salud mental, muchos médicos han empezado a preparar sus testamentos ante la posibilidad de la muerte por la pandemia, o incluso instrucciones anticipadas ante el final de la vida. Varios médicos alrededor del mundo se han visto obligados a separarse de sus seres queridos, otros se han contagiado del virus atendiendo a pacientes en cuidados intensivos y en el peor de los casos muchos han muerto, el personal de la salud son los que están en la primera línea de combate contra el Coronavirus. Dice una médica contagiada por Covid “nosotros los médicos tenemos ese romanticismo de salvar vida por encima de la nuestra”.
Ahora la modalidad es señalarlos como culpables por la muerte de pacientes con Covid, que los matan a propósito para legalizar la plata, por afirmaciones salidas de todo contexto como estas, es que los médicos están siendo perseguidos, señalados, amenazadas, discriminados y sus familias víctimas de amenazas, cuando la verdad es que si hay alguien que está trabajando para salvar vidas son ellos. Lo peor de todo es que gran parte de esta persecución proviene de la población que no guarda aislamiento, son irresponsables, salen a la calle sin protocolos de bioseguridad, se creen los inmortales, pero cuando resultan contagiados es más fácil culpar al médico de turno. De verdad, ¡no seamos tan desgraciados! Seamos responsables con nuestra salud y si existe un culpable en el mundo de sus desgracias, ¡es solo usted, nadie más! asuma las consecuencias de sus actos.
Medica que ha visto el terror de la gente y el virus en su cuerpo dice; “nosotros los médicos no somos perfectos, pero los que yo conozco jamás se prestarían para unos planes tan macabros como estos, pido respeto para todo el personal de la salud que los he visto llorar de miedo al COVID, pero se secan las lágrimas y siguen adelante porque es nuestro deber”. Los pacientes que llegan a cualquier institución por otros síntomas, siempre se les tiene que descartar Covid porque estamos en tiempos de pandemia, y es posible que se haya contagiado en el transporte que lo llevo al hospital, en la sala de espera, en el consultorio, con el vecino que lo fue a visitar o con el personal de la salud.
El virus puede estar en cualquier lado y nunca vamos a estar 100 % seguros, y esto no hace al médico culpable ni tampoco un asesino. Edward Chew, médico en N.Y dice; “Un paciente es un paciente. No me importa cómo me ven o qué piensan de mí. Este virus no discrimina y si vemos a alguien que tiene esta enfermedad, es nuestro trabajo ayudarlos”. Rhea Liang, medica australiana, ha sido maltratada por sus raíces asiáticas, en vez de enojarse lo que hace es entender y atender al paciente y dice; “Es posible que el paciente no esté mostrando lo mejor de sí porque está asustado y estresado”. “Desearía que nadie fuera racista y es claramente algo en lo que tendremos que trabajar más duro para contrarrestar cuando esto termine”, señala. “Pero por ahora trato de pensar que ninguno de nosotros es un santo y que mi obligación principal es proporcionar la mejor atención médica sin juzgar a las personas”. Alrededor del mundo muchos médicos han sido víctimas de rechazo, xenofobia y amenazas, hasta este punto ha llegado nuestra ignorancia que maltratamos a los ¡únicos! que nos pueden ayudar.
La enfermera Cao Shan, hospital de Wuhan, con marcas en su rostro por las máscaras dice que ella y su esposo, un médico que también trabaja en el hospital, “han dormido en el vehículo durante 23 noches para evitar riesgos virales, ahorrar tiempo de viaje y darles a sus colegas la habitación de hotel cercana asignada”. En muchos lugares no hay suficientes doctores, y los estudiantes de medicina deberán llenar sus lugares. Marcello Natali, médico de Codogno (epicentro de la epidemia en Italia), falleció en un hospital de Milán, totalmente solo. Días antes había denunciado que luchaba contra el coronavirus sin guantes porque “se habían acabado”. Uno de sus compañeros, Irven Mussi le escribió una carta póstuma. “Ciao Marcello. Has muerto solo, como todos. El maldito virus ha derribado otro roble. Me siento profundamente triste, destrozado, pero también furioso. Hemos sido enviados a una guerra sin ninguna protección. Al menos los soldados de infantería llevan cascos”. Una médica española narra este drama. “Se está eligiendo ya a quién no se intuba porque no hay respiradores. Estamos eligiendo quién vive y quién muere. A muchos pacientes se les tiene que sedar, tomarles la manita, para acompañarlos a morir. Va a morir mucha gente y a los políticos no les importa la vida del personal sanitario. Son incapaces de ver o no quieren ver lo que está pasando”.
Como un homenaje a sus héroes, china encendió 50 mil pantallas en 18 ciudades, algunas ocupaban edificios completos, otras en vallas, calles y televisores. Todas mostraban lo mismo: miles de rostros de médicos, enfermeras y personal sanitario que arriesgo su vida para salvarlos de la peor pandemia que ha vivido el planeta en su historia reciente. Muchas gracias, bienvenidos a su casa” decían los letreros. Había razones para esa euforia, el país logró esa semana no tener un solo contagio nuevo entre sus nacionales, aunque esto solo duró unos días alcanzó para recomponer la fe. De ser el lugar de origen del virus, se convirtió en el ejemplo de cómo superar la emergencia. Su lucha tuvo un costo alto, unos 3 mil 400 trabajadores de los servicios de salud contagiados, muriendo 13, entre ellos, el médico que advirtió por primera vez la expansión del virus en Wuhan.
El escenario en Colombia es complejo, en el contexto planteado por el gobierno, cerca de 200.000 colombianos con síntomas graves tendrían que disputarse las 8 mil 859 camas disponibles en el país. A la fecha de hoy, el país tiene 317 mil 651 casos confirmados con Covid – 19, casos activos: 139 mil 097, Recuperados: 167 mil, 239, Muertes: 10 mil 650, y tan solo en el día de hoy se registró 320 fallecido. Bogotá, Barranquilla, Cali, Medellín y Bucaramanga son las únicas ciudades que tienen hospitales de cuarto nivel, la situación preocupa ya que por cada mil habitantes hay 1,7 camas. Muchos médicos y enfermeras tienen que doblarse de turno porque no hay nadie que los reemplace, por lo que hacer una vigilancia implica una fuerte carga laboral y mental. Julio Cesar Castellanos, director del Hospital San Ignacio de Bogotá dice, “Nos sentimos como el estudiante que va para el examen final. Debemos preparamos, pero sabemos que puede salirse de las manos”. Lisbeth Cruz, pediatra en Yopal dice, “Me angustia sobre todo el sistema de salud colombiano, ya rebosado. No estamos preparados para afrontar una crisis”. El departamento tiene aproximadamente 435 mil 195 habitantes sólo hay un hospital de segundo nivel, 24 unidades de cuidados intensivos y a la fecha 328 casos positivos para Covid.
Se calcula que el 82 % de los contagiados permanecerán en casa con síntomas leves, el 15 por ciento tendrá atención extra hospitalaria con síntomas moderados y el 3 por ciento será hospitalizado con síntomas severos, pero las camas no son el único problema. También hay que ampliar la velocidad y capacidad de realizar pruebas pues, el diagnóstico es clave para aplanar la curva de contagios. En este momento, el país pasó de tomar 3 mil muestras diarias a 36 mil 142, aún se queda corto, teniendo en cuenta que somos aproximadamente 50.3 millones de habitantes. Decenas de personas cuentan en redes sociales que han llamado a las líneas de emergencia y no han podido tramitar que les hagan una prueba. Según el decreto que expidió el presidente Iván Duque, el gobierno calcula que en el país pueden contagiarse alrededor de cuatro millones de personas. La cifra parece abrumadora, pero es positiva si se compara con Alemania, en donde Ángela Merkel afirmó sin titubeos que el virus llegará a dos de cada tres alemanes.
El coronavirus requiere de especialistas que sepan manejar las complejas máquinas de una unidad de cuidados intensivos, los intensivistas son el personal más escaso, hay mil para las más de 8 mil 500 camas que tiene el país. Anestesiólogos e internistas pueden encargarse de esas labores, pero tampoco alcanzarán ante el aumento del número de camas, capacitar médicos generales o estudiantes ofrece una salida, pero el gobierno debe asignar recursos y garantizar la protección de bioseguridad y económica del personal. Por estas razones, es importante cumplir el aislamiento, esto evita que el número de contagios aumente y por ende la velocidad de propagación del virus, lo que le daría tiempo a los hospitales y personal de la salud de reaccionar, porque a ellos también hay que protegerlos, en estos momentos son un recurso escaso y el más valioso. No hay nada más desestabilizador en estos tiempos que los trabajadores de la salud se enfermen, el número de pacientes en hospitales se ha reducido, muchos sienten temor de ir a consulta y contagiarse, lo importante es que la ciudadanía está entendiendo el mensaje que debe priorizar las consultas telefónicas y acudir al hospital solo en caso de emergencia.
En Colombia los médicos deben sacrificar años en una carrera difícil y costosa, batallan otros más por escasos cupos de especialidades, llegan a sus primeros empleos con deudas enormes y tienen en muchos casos condiciones laborales precarias. Los estudiantes han comenzado a vivir tiempos de incertidumbre. Mientras algunas universidades suspendieron las prácticas, otras tienen a sus alumnos en los centros médicos, pero sin rotar en urgencias o cuidados intensivos. No es claro quién debe darles la protección. Hace unos días, 90 internos del Hospital Universitario de Santander aseguraron que solo los médicos graduados reciben tapabocas. Los practicantes no ganan nada y además tienen que costearse sus materiales, como no están en la primera línea, consideran que no aprenden mucho. En las áreas donde no hay pacientes de coronavirus, el flujo de pacientes disminuyó y las cirugías están casi todas aplazadas. La Asociación Colombiana de Facultades de Medicina graduará 843 estudiantes anticipadamente, al menos 285 internos recibieron ya su título, pero enfrentan un futuro incierto. El Gobierno dice que trabaja en una resolución, pero en realidad no había cómo garantizarles una plaza del Servicio Social Obligatorio, como les prometió. Ahora muchos están en el limbo. El personal de la salud requiere con urgencia todos los elementos de protección integral. Es verdad que son nuestros héroes, pero ¡todo héroe necesita un escudo de protección!
Roberto Baquero, presidente del Colegio Médico Colombiano, asegura que la deuda con estos profesionales de la salud es histórica y por tanto es doloroso que solo sean valorados en una contingencia como la que se atraviesa. “Aquí siempre el recurso humano en salud ha sido ignorado”. Mientras tanto ellos siguen dando lo mejor de sí, y es por eso que debemos ver a los médicos como héroes en el mundo. Hoy están en la primera línea de batalla, se enfrentan a una “guerra sanitaria” con un enemigo “invisible y escurridizo”. Trabajan sin descanso en medio de las condiciones más adversas, arriesgan su vida y la de sus seres queridos, incluso sin los recursos mínimos como tapabocas, trajes especiales o guantes. ¡Démosles lo que necesitan y paguémosles a tiempo!”.
Para entender un poco mejor lo que significa enfrentarse a una pandemia, les recomiendo ver CONTAGIO, la película que predijo el Coronavirus. Se trata de un film estrenado en 2011, dirigido por el cineasta Steven Soderbergh, con un gran reparto, Jude Law, Kate Winslet, Matt Damon, Marion Cotillard y Gwyneth Paltrow, la cinta empieza con el contagio de un nuevo virus MEV – 1, que al parecer ataca el cerebro de las personas infectadas y ocasiona la muerte en sólo unos días. En la película, tal y como ha sucedido en la vida real, el virus se propaga rápido mientras políticos y científicos llegan al límite, unos priorizan la economía y otros las vidas de las personas.
Los servicios fúnebres colapsan y los familiares no pueden enterrar a sus muertos, militares controlan pasos fronterizos, hay que frenar la propagación del virus por todos los medios posibles, evitar tocarse la cara y mantener superficies limpias, ya que el virus se transmite a través de la tos o por estar en lugares públicos. El pánico desestabiliza la sociedad y se inicia una carrera para encontrar la vacuna, la desinformación, el miedo y un blogger que intenta vender una cura milagrosa sin base científica, ocasiona pánico en la población y el desabastecimiento del medicamento (así como lo hizo Trump con la compra masiva de medicinas) al final, el culpable es el Murciélago, así como el coronavirus, es el responsable de la transmisión del virus a humanos. El film parece un vivo retrato de lo que estamos viviendo.
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Como diría Platón “Donde quiera se ama el arte de la medicina se ama también a la humanidad” Los médicos son el polo a tierra de una sociedad que tardó mucho en tomar conciencia. No culpemos a los médicos ni al personal de salud y actuemos responsablemente. Ante las ovaciones que la gente les hizo ellos contestaron lo siguiente: “Los hemos oído. Aplaudiendo en los balcones. Y ha sido muy emocionante. Estamos juntos en esto. Y nosotros estamos dispuestos a darlo todo. ¿Nos ayudas? Quédate en casa. Este aplauso es para ustedes”. Y recuerde, Comparta cultura; comparta una película.
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