Al inicio de este tercer y último año de Gobierno, el Presidente Petro debe tener claro que tiene el “último chance”. Por: Juan Carlos Niño Niño Con la radicación de la ponencia para segundo debate de la Reforma Laboral –quedando ad portas de ser discutida en Plenaria de Cámara, y después hacer su “penoso” tránsito
Al inicio de este tercer y último año de Gobierno, el Presidente Petro debe tener claro que tiene el “último chance”.
Por: Juan Carlos Niño Niño
Con la radicación de la ponencia para segundo debate de la Reforma Laboral –quedando ad portas de ser discutida en Plenaria de Cámara, y después hacer su “penoso” tránsito en el Senado- el Presidente Gustavo Petro está agitando de manera enérgica el termómetro, para después ponerlo en la “axila” del Congreso, esperar de manera impaciente que suba el “mercurio”, y casi cinco minutos después verificar si el ambiente está frio, templado o “caliente”, con el antecedente que el Gobierno alcanzó un modesto “empate técnico”, con la elección el 20 de julio de las mesas directivas de Cámara y Senado, cuando apenas logró la elección de su candidato a la Presidencia de la Cámara, Jaime Raúl Salamanca, pero dejando una incomodidad a algunos legisladores de la Coalición Verde, quienes desde el inicio respaldaron a Katherine Miranda.
La elección de Efraín Cepeda como Presidente del Senado, le complica la partida de ajedrez al Gobierno Nacional, porque este legislador es sencillamente un “ícono” tradicional del conservatismo –una colectividad que se apartó del Gobierno y se declaró independiente- con una condición política inmejorable ante la actual coyuntura, siendo un conocedor por excelencia del trámite legislativo –con una vasta experiencia- que además no ha dudado –desde la instalación del Congreso- en descartar la Constituyente o darle un trámite expedito o de Fast Track a las reformas, sin que esto le impida convocar a consensos con el Ejecutivo, que se ve empañado con la poco probable reunión Petro-Cepeda, aun cuando éste aclaró que por disposición constitucional está presto a acudir al llamado del Primer Mandatario.
Al inicio de este tercer y último año de Gobierno, el Presidente Petro debe tener claro que tiene el “último chance” para sacar adelante su agenda legislativa, porque como decía el entonces Representante a la Cámara casanareño Gímber Chávez (QEPD), en el cuarto año el Ejecutivo pierde casi todo el poder sobre el Congreso –si es que realmente el actual lo ha tenido- o como lo explicaba coloquialmente el parlamentario Chávez: “al Presidente nadie le hace caso, ´le maman gallo´, la gente [la mayoría de congresistas] están más pendientes de las nuevas elecciones, y hasta se cuidan de votar algo que pueda incomodar al eventual próximo Presidente”.
Es más, este tercer año inicia no solo con el escándalo de supuesta corrupción en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), sino que Congresistas probablemente implicados en el mismo, tomaron la inédita decisión de renunciar a su condición de ponentes del Presupuesto del año entrante -nunca antes visto- tan clave para financiar incluso la recién aprobada Reforma Pensional, o las demás iniciativas gubernamentales que actualmente cursan en el Congreso, alejando aún más la posibilidad de una constituyente o la propuesta presidencial de revivir el “célebre” Fast Track del entonces Presidente Juan Manuel Santos.
Este confuso y hasta “viscoso” escenario, vendría a enlodar aún más la discusión de la Reforma Laboral en la Plenaria de Cámara, que viene de la Comisión VII con 81 artículos aprobados –se suprimieron 23- en donde dicho de paso se eliminó el Artículo 10 del proyecto de ley gubernamental, cuando se daba el caso de que un trabajador argumente un despido por discriminación, el empleador tenía la obligación de demostrar lo contrario, so pena de reintegrar o indemnizar al mismo, lo que siendo objetivo se debería revivir y ajustar en los próximos debates –una sentencia de la Corte Constitucional permite revivir los artículos- porque blinda y salvaguarda de manera justa al trabajador, pero a la vez manteniendo los derechos del empleador.
En el Artículo 14 se mantiene la “única” concesión del gobierno a los empresarios, al ampliar la jornada laboral diurna de 6 AM a 7 PM –en el anterior proyecto de ley estaba hasta las 6 PM- aclarando eso sí que el desempeño en esta jornada no puede exceder las ocho (8) horas diarias ni cuarenta y dos (42) a la semana, dando paso entonces a las horas extras (Artículo 16), que “no podrán exceder de dos (2) horas diarias y doce (12) semanales”.
El Artículo 17 mantiene el aumento del recargo dominical -siendo éste el pago adicional por trabajar un domingo o festivo- que está en el 75 por ciento de un día laboral y pasaría a un ciento por ciento –de manera gradual- lo que confirma la aseveración del Presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Francisco Maltés, en el sentido que esta reforma rescata logros alcanzados por el trabajador en el pasado, y que el esquema neoliberal fue desmontando, para supuestamente incentivar la “inversión y el empleo”.
Coletilla: En la discusión de la Reforma Pensional, el Senador José Vicente Carreño Castro –en acuerdo la ministra de Trabajo Gloría Inés Ramírez- dejó como constancia una proposición, para después radicarla en la Reforma Laboral, con el fin de que una persona en situación de discapacidad, adquiera la condición de “prepensionado”, cuando le falten entre tres (3) y seis (6) años para adquirir la pensión, lo que significa que estas personas en este período de tiempo no podrán ser despedidas por su empleador, y que de manera informal recibió el “pre aval” de la Ministra Ramírez.
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