Por primera vez en la historia del país, un llanero suena a nivel nacional como precandidato presidencial por elección popular, acostumbrado al trabajo del llano, Alirio Barrera dejó de encargado a su yerno para recorrer el país y mostrar que un hombre humilde, campesino y sencillo, está listo para llevar las riendas de este país, que por más de 200 años ha estado en manos de las castas políticas y familias  de apellidos reconocidos, pero nadie del pueblo y menos un llanero, siquiera ha llegado a la vicepresidencia. El tiempo y la gente lo dirá si es hora de cambiar el estilo de gobernar el país.

Es casi normal ver a un hombre como Alirio Barrera, quitarse el saco de paño luego de llegar de la capital de una reunión con ministros y ejecutivos de alto nivel y ponerse la “camisa conuquera” como le llaman en el llano a la camisa de trabajo, salir a la sábana con machete a la cintura si así le toca como buen campesino, ayudar arreglar una res para sacarle las presas de carne o sencillamente domando caballos, que es el oficio con el que le ha dado de comer a su familia por muchos años.

Alirio es sinónimo de humildad, de perseverancia, representa al colombiano promedio que lucha por salir adelante y poner en alto el nombre de su familia y su país.