Erradicar el hambre en el mundo es uno de los más importantes Objetivos del Desarrollo Sostenible. Sin embargo, actualmente mientras el hambre aumentó en una tercera parte del planeta, producto de la pandemia del covid-19, en el resto ha crecido el desperdicio de alimentos, tanto lo que se produce en los cultivos como en la venta
Erradicar el hambre en el mundo es uno de los más importantes Objetivos del Desarrollo Sostenible. Sin embargo, actualmente mientras el hambre aumentó en una tercera parte del planeta, producto de la pandemia del covid-19, en el resto ha crecido el desperdicio de alimentos, tanto lo que se produce en los cultivos como en la venta minorista y el consumo.
La paradoja mundial se evidencia en estas cifras: a comienzos de mes Naciones Unidas indicó que 811 millones de personas pasaron hambre el año pasado (161 millones más que en 2019), especialmente en África y Asia. Y, ayer el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) señaló que 2.250 millones de toneladas de alimentos no se consumen en todo el mundo cada año. Es decir, se desperdician.
Es así como en el informe que titula “Enviado a la basura”, cuantifica el total de alimentos perdidos tanto en las granjas a nivel global como los que se desperdician en mercados y consumo. Y, lo más preocupante del estudio es el alarmante aumento del desperdicio ya que la cifra arriba reseñada es aproximadamente mil millones de toneladas más que las estimadas hace un año.
Estas nuevas estimaciones indican que, de todos los alimentos cultivados a nivel planetario, aproximadamente el 40% por ciento no se consume, lo que es más alto que la cifra estimada anteriormente del 33%.
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